Desalojados un centenar de vecinos de dos municipios por corrimientos de tierras

Los embalses alaveses, en situación de prealerta tras acercarse al 90% de su capacidad

Los 80 residentes en dos edificios de viviendas de Azkoitia tuvieron que abandonar sus casas en la mañana de ayer tras producirse un desprendimiento de tierras, aunque pudieron volver a sus hogares por la tarde tras comprobarse que la estructura del inmueble no estaba dañada. En Balmaseda hubo que desalojar otros dos bloques de pisos en los que se produjeron grietas. Son los efectos de las fuertes lluvias de los últimos días. La situación más preocupante sigue registrándose en Álava, donde los pantanos ya se hallan cerca del 90% de su capacidad, al borde del desembalse.

La alarma saltó ...

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Los 80 residentes en dos edificios de viviendas de Azkoitia tuvieron que abandonar sus casas en la mañana de ayer tras producirse un desprendimiento de tierras, aunque pudieron volver a sus hogares por la tarde tras comprobarse que la estructura del inmueble no estaba dañada. En Balmaseda hubo que desalojar otros dos bloques de pisos en los que se produjeron grietas. Son los efectos de las fuertes lluvias de los últimos días. La situación más preocupante sigue registrándose en Álava, donde los pantanos ya se hallan cerca del 90% de su capacidad, al borde del desembalse.

La alarma saltó en Azkoitia a media mañana, cuando los vecinos de dos bloques de viviendas de la calle Aizkibel, en pleno centro de la localidad, notaron un movimiento en el edificio. Fueron desalojados de inmediato por la Ertzaintza y trasladados a un albergue municipal, mientras técnicos del Ayuntamiento comprobaban la situación en que quedó el inmueble, de diez plantas.

El derrumbe de las tierras motivó la caída de la pared de un frontón y de un muro pertenecientes al colegio Florega, situado en las inmediaciones. El alcalde, Asier Aranbarri, quien en el momento del desalojo de los vecinos se encontraba en Irún asistiendo a un acto del PNV con la presencia del lehendakari, se reunió con los vecinos afectados, a los que en todo momento quiso transmitir tranquilidad.

Hacia las 17.00, una vez que los técnicos garantizaron la seguridad del inmueble, los 80 residentes pudieron regresar a sus casas. Aranbarri señaló que se tomó la decisión de derribar el frontón, pues su inestabilidad ponía en peligro los cimientos del edificio. El colegio Floreaga abrirá mañana sus aulas con normalidad, aunque quedará cerrado el patio hasta que se retiren los escombros.

En Balmaseda también hubo que realojar en la noche del pasado sábado a varios vecinos de dos bloques de viviendas. Advirtieron la existencia de grietas en uno de los edificios, por lo que se decidió el desalojo de los residentes por precaución. El tráfico quedó cortado en esa zona. Los vecinos fueron alojados en viviendas de familiares y en el hotel de la localidad.

Todo apunta a que las intensas lluvias caídas durante los últimos días han desencadenado ambas situaciones. Estas precipitaciones han provocado también que los embalses alaveses de Ullibarri y Urrunaga, que forman el sistema del Zadorra, que abastece a dos tercios de los vascos, hayan alcanzado ya el 88% (168,3 hectómetros cúbicos de agua) de su capacidad de almacenamiento. Los pantanos se hallan muy cerca del límite previsto para abrir las compuertas (de 170 a 177 hectómetros cúbicos). Aunque todavía no se ha dado orden de desembalsar, la situación es de prealerta, según informó el Consejo Asesor de Emergencias.

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Este organismo confía en que no sea necesario finalmente el desembalse, dado que la previsión meteorológica anuncia una mejoría y la ausencia de precipitaciones en las próximas horas. Además, el río Zadorra bajaba ayer con menos caudal, aproximadamente 1,20 metros por debajo del que registraba el sábado. Esta circunstancia reduciría el riesgo de inundaciones en caso de que sea necesario desembalsar.

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