La contaminación acústica

Los hosteleros piden inversiones y diálogo

Un plan integral para la ordenación del ocio, campañas de concienciación con mensajes como La calle no es el sitio, mediadores sociales... La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia exhibe su lista de actividades y propuestas de los últimos años como credencial para exigir "un intenso programa de inversiones públicas" y diálogo social para reconducir la situación. Los hosteleros aceptan que es necesario "un proceso de ordenación del ocio y la sostenibilidad de la industria turística", pero no están dispuestos a pagar todos los platos rotos de la batalla del ruido. Especialmente...

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Un plan integral para la ordenación del ocio, campañas de concienciación con mensajes como La calle no es el sitio, mediadores sociales... La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia exhibe su lista de actividades y propuestas de los últimos años como credencial para exigir "un intenso programa de inversiones públicas" y diálogo social para reconducir la situación. Los hosteleros aceptan que es necesario "un proceso de ordenación del ocio y la sostenibilidad de la industria turística", pero no están dispuestos a pagar todos los platos rotos de la batalla del ruido. Especialmente cuando se condena al Ayuntamiento por no actuar para aplicar al final una medida "que es una ruina económica para las empresas". "Las ZAS no son la solución", repite una y otra vez el portavoz de la federación, Vicente Pizcueta. La limitación de horarios en calles concretas desplaza a la clientela a otros barrios, pero no resuelve el conflicto, resalta.

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El sector achaca buena parte del ruido al tráfico y defiende que la culpa no es de los locales, sino de la concentración de personas en torno a los bares, que alcanza la congestión en algunos barrios. El esponjamiento urbano del ocio parece inevitable, pero debe ir acompañado de otras actuaciones. Los hosteleros prepararon en 2003 un primer plan integral de ordenación del ocio. El coste de las medidas, incluidas las horas extra de la Policía Local para reforzar el control nocturno, ascendía a 760.000 euros. Los hosteleros proponen desde mecanismos de permuta de licencias para aliviar la presión sobre ciertos barrios a la puesta en marcha de zonas alternativas de ocio en entornos como el puerto, pasando por restricciones al tráfico nocturno y la persecución del botellón. El Ayuntamiento parece ahora dispuesto a apoyar estas medidas.

Las soluciones urgen. Las sentencias se amontonan, y a las ZAS de Valencia se unen procesos similares en Cullera, Gandia, Benicàssim y Castellón. "El camino en el que estamos instalados es incompatible con el desarrollo que pretende la Comunidad Valenciana" y la política de atraer grandes eventos como la fórmula 1, según a hostelería, que subraya su aportación a la economía y el turismo. El fallo judicial sobre Juan Llorens ha encendido las alarmas, aunque la federación intenta poner buena cara. Es una "nueva oportunidad" para retomar el diálogo y la búsqueda de soluciones, que pasan por "el necesario compromiso de inversiones económicas de carácter público" y la "defensa de la seguridad jurídica de los derechos empresariales".

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