Las emociones negativas que causa la muerte de un ser querido remiten al cabo de medio año

Tras la muerte de un ser querido por causas naturales, las respuestas normales de la mayoría de la gente son la aceptación y la añoranza por el fallecido. Y las emociones negativas propias del duelo suelen disminuir hacia los seis meses de la pérdida, según un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), que es una evaluación empírica de la teoría de estadios del duelo.

La teoría de estadios del duelo establece cinco fases (incredulidad, añoranza, enfado, depresión y aceptación) se ha generalizado en una amplia variedad de duelos como ayuda pa...

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Tras la muerte de un ser querido por causas naturales, las respuestas normales de la mayoría de la gente son la aceptación y la añoranza por el fallecido. Y las emociones negativas propias del duelo suelen disminuir hacia los seis meses de la pérdida, según un nuevo estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), que es una evaluación empírica de la teoría de estadios del duelo.

La teoría de estadios del duelo establece cinco fases (incredulidad, añoranza, enfado, depresión y aceptación) se ha generalizado en una amplia variedad de duelos como ayuda para saber si un patrón específico de adaptación a la pérdida es normal o no.

El análisis de los datos de 233 personas que habían perdido a un ser querido por causas naturales no traumáticas, y se sometieron al menos a una evaluación de los cinco indicadores del duelo incluidos en la teoría de los estadios en los 24 meses posteriores al fallecimiento, reveló que "contrariamente a la teoría, la incredulidad no fue el indicador inicial y dominante del dolor", descubrieron los investigadores. El 83,8% de los participantes eran cónyuges del desaparecido. El resto de los participantes (16,2%) eran hijos adultos, padres o hermanos del muerto.

"La aceptación fue el elemento compartido con más frecuencia, y la añoranza fue el indicador negativo del dolor dominante de uno a 24 meses después de la pérdida", dicen los autores. La aceptación aumentó de forma continua durante el periodo de observación del estudio que finalizó a los 24 meses de la pérdida del ser querido.

"Independientemente de cómo se analicen los datos, todos los indicadores negativos del dolor disminuyen aproximadamente a los seis meses de la pérdida. Por tanto, es probable que la persistencia de estas emociones negativas tras los seis meses refleje una adaptación más difícil que la media, e indica la necesidad de una mayor evaluación del superviviente apenado y una posible prescripción de tratamiento", concluyen los autores.

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