El modelo de "sentido común" creado en Alcalá de Guadaíra

Aún hoy, con la igualdad consagrada en las leyes, Concepción Yagüe considera que las reclusas carecen de las mismas oportunidades que los presos. Sólo ve una excepción: las madres en prisión desde que el Defensor del Pueblo denunció en 1988 la situación de las reclusas y sus hijos en el sistema penitenciario de la democracia. En respuesta, se crearon unidades de madres, pisos, escuelas infantiles y módulos familiares.

A Yagüe, que trabajaba en la prisión de Jerez, le encargan que se invente un modelo en el centro para mujeres de Alcalá de Guadaíra. Un modelo que acuña como "de sentido c...

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Aún hoy, con la igualdad consagrada en las leyes, Concepción Yagüe considera que las reclusas carecen de las mismas oportunidades que los presos. Sólo ve una excepción: las madres en prisión desde que el Defensor del Pueblo denunció en 1988 la situación de las reclusas y sus hijos en el sistema penitenciario de la democracia. En respuesta, se crearon unidades de madres, pisos, escuelas infantiles y módulos familiares.

A Yagüe, que trabajaba en la prisión de Jerez, le encargan que se invente un modelo en el centro para mujeres de Alcalá de Guadaíra. Un modelo que acuña como "de sentido común". Pero Yagüe es capaz de autoexaminarse. "Las ventajas son los índices de supervivencia y calidad de vida de los niños, la propia institución se ha desvivido en estos módulos, hay un espíritu familiar y de convivencia, se refuerza el apego entre la madre y el hijo, los niños salen a la calle continuamente y para la madre es el principal elemento motivador", expone.

Entre las desventajas cita la pérdida de la familia extensa del pequeño o los signos que revelan el encierro, como los horarios rígidos, la disciplina y la presencia de una autoridad superior a la madre. Dirimir cómo y dónde deben estar los hijos de personas encarceladas es uno de los desafíos del futuro que anticipa Yagüe.

En Alcalá de Guadaíra cumplen condena ahora mismo 160 internas, de las cuales 15 tienen a una veintena de menores de hasta tres años dentro de la prisión. En todo el sistema penitenciario hay 5.202 mujeres, un 8% de los 65.000 reclusos actuales. Su carácter minoritario las penaliza a la hora de recibir una oferta formativa, terapias para superar adicciones y actividades deportivas, según denunció el Defensor del Pueblo andaluz en un informe de 2006. También Yagüe llega a una conclusión similar, al reclamar que las políticas penitenciarias incorporen la perspectiva de género para tener en cuenta "el mayor sufrimiento" de las mujeres en su encierro. "La mujer, la madre encarcelada, arrastra a la prisión los mismos problemas con los que se encuentra en el mundo libre", concluye.

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