Cartas al director

Por una muerte digna

La petición de Inmaculada Echevarría, enferma de distrofia muscular progresiva, por la que solicita que le desconecten del respirador que le mantiene viva, trae una vez más a la actualidad el derecho inalienable de las personas sobre su vida y sobre la forma de finalizarla.

Para garantizar este derecho, considero que: a) cuando debido a las circunstancias la persona enferma no se pueda expresar, se deben respetar las voluntades anticipadas, el llamado testamento vital; b) toda persona que sufre una enfermedad irreversible o incurable debe tener acceso a los recursos asiste...

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La petición de Inmaculada Echevarría, enferma de distrofia muscular progresiva, por la que solicita que le desconecten del respirador que le mantiene viva, trae una vez más a la actualidad el derecho inalienable de las personas sobre su vida y sobre la forma de finalizarla.

Para garantizar este derecho, considero que: a) cuando debido a las circunstancias la persona enferma no se pueda expresar, se deben respetar las voluntades anticipadas, el llamado testamento vital; b) toda persona que sufre una enfermedad irreversible o incurable debe tener acceso a los recursos asistenciales necesarios para aliviar su sufrimiento y su dolor, especialmente a los cuidados paliativos, y c) la eutanasia o acortamiento voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad incurable para poner fin a sus sufrimientos, es un derecho humano fundamental que todo Estado laico, plural y democrático debe garantizar.

Por todo esto, se hace necesaria la aprobación urgente de una ley que despenalice la eutanasia, con los debidos controles y así se garantice el respeto a la libertad y el derecho a morir con dignidad.

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