Reportaje:AULAS

Muy cómodo, pero más caro

Los estudiantes alojados en residencias valoran que ofrezcan muchos servicios

"Vivir en una residencia es lo más cómodo, aunque es más caro que vivir en un piso". José Ignacio Rueda Santiago, un joven malagueño de 19 años, llegó a Jaén para estudiar la doble titulación de Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Como no conocía a nadie pensó que lo mejor sería buscar una plaza en el colegio mayor Domingo Savio, una residencia que explota la Universidad y que está ubicada a escasos metros del campus de Las Lagunillas.

"Prefería irme a lo seguro para adaptarme pronto a los estudios; ahora bien, si encuentro a alguien que me guste no descarto irme a un piso...

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"Vivir en una residencia es lo más cómodo, aunque es más caro que vivir en un piso". José Ignacio Rueda Santiago, un joven malagueño de 19 años, llegó a Jaén para estudiar la doble titulación de Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Como no conocía a nadie pensó que lo mejor sería buscar una plaza en el colegio mayor Domingo Savio, una residencia que explota la Universidad y que está ubicada a escasos metros del campus de Las Lagunillas.

"Prefería irme a lo seguro para adaptarme pronto a los estudios; ahora bien, si encuentro a alguien que me guste no descarto irme a un piso en próximos cursos", asegura José Ignacio, que ocupa una habitación individual por la que paga unos 1.700 euros al trimestre, es decir, unos 5.100 euros al curso. El joven valora, sobre todo, la cercanía de la residencia con la Universidad, las instalaciones deportivas del campus y los servicios que ofrece este colegio mayor, entre ellos talleres de música, malabares, teatro y kárate. ¿Lo menos bueno? Nacho, como le llaman sus amigos, pone reparos a la comida -"no es como la que te hace tu madre"- o la dificultad para adaptar sus horarios de clase con los del comedor de la residencia. Además, dice que hay quejas por la prohibición de contar con pequeños frigoríficos en las habitaciones.

José Ignacio no es ajeno al debate generado sobre el déficit de alojamientos universitarios. "Haría falta que las universidades ofreciesen una oferta adecuada de pisos para dos o tres estudiantes, a precios asequibles y cerca de los campus". A su juicio, la mayor parte de los pisos que se ponen en alquiler en las capitales andaluzas se encuentran en el centro de la ciudad, y no junto a los campus.

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