La barriga satisfecha

Comer bien y barato es doble aliciente. En La Panxa del Bisbe es posible. Tapas trabajadas son el atractivo de este pequeño restaurante que acaba de abrir en Gràcia. Su cocinero y propietario, Xavier Codina, pensó que La Panxa del Bisbe podría completar la oferta gastronómica del barrio barcelonés, a su juicio, falto de variedad. "Preparamos la cocina que nos gusta, intentando hacerla lo mejor posible", dice Codina, un apasionado de la escalada que decidió poner a su nuevo restaurante el nombre de una aguja de la montaña de Montserrat, La Panxa del Bisbe (La Barriga del Obispo). Aquí no hay me...

Comer bien y barato es doble aliciente. En La Panxa del Bisbe es posible. Tapas trabajadas son el atractivo de este pequeño restaurante que acaba de abrir en Gràcia. Su cocinero y propietario, Xavier Codina, pensó que La Panxa del Bisbe podría completar la oferta gastronómica del barrio barcelonés, a su juicio, falto de variedad. "Preparamos la cocina que nos gusta, intentando hacerla lo mejor posible", dice Codina, un apasionado de la escalada que decidió poner a su nuevo restaurante el nombre de una aguja de la montaña de Montserrat, La Panxa del Bisbe (La Barriga del Obispo). Aquí no hay menús. "Los precios son ajustados, por menos de 20 euros puedes comer", afirma este veterano cocinero que se ha lanzado a abrir su propio restaurante. La carta cambia en La Panxa del Bisbe por instinto. Como mínimo, un plato nuevo sustituye a otro una vez por semana. La gente elige tres o cuatro tapas para compartir y, si hay hambre, un plato principal. Las recomendaciones son de Jordi Llesuy, encargado. Hay que probar los mejillones a la marinera (3,40 euros), la ensalada de pimientos, sardinas y yogur (3,80 euros), las verduritas con frutos secos y crema (4,80 euros) y los ravioli de espinacas y ricota con tomate y olivada (4,20 euros). Entre los platos fuertes está el tahin de verduras con dátiles y puré de garbanzos y el delicioso huevo poché (9,70 euros).