Reportaje:

Un banco que busca nombre

El BEF quiere convertirse en el gran instrumento andaluz de financiación pública

Desde la pasada semana, las Cajas de Ahorro andaluzas cuentan con un banco propio. Con sede en Málaga, en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), el Banco Europeo de Finanzas (BEF), prevé comenzar a actuar en firme a partir del primer semestre de 2007 como el instrumento financiero que tantos los políticos andaluces como los empresarios de la comunidad llevan años demandando.

Tras la autorización del Gobierno y de la autoridad monetaria para que el BEF cambiase sus estatutos, diera entrada a las cinco cajas andaluzas en su accionariado y aumentara su capital hasta los 90 millones de e...

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Desde la pasada semana, las Cajas de Ahorro andaluzas cuentan con un banco propio. Con sede en Málaga, en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), el Banco Europeo de Finanzas (BEF), prevé comenzar a actuar en firme a partir del primer semestre de 2007 como el instrumento financiero que tantos los políticos andaluces como los empresarios de la comunidad llevan años demandando.

Tras la autorización del Gobierno y de la autoridad monetaria para que el BEF cambiase sus estatutos, diera entrada a las cinco cajas andaluzas en su accionariado y aumentara su capital hasta los 90 millones de euros -se espera otra ampliación a 120 millones-, el siguiente paso para la puesta en escena de la entidad es la celebración de su primer consejo de administración. Braulio Medel como presidente y Santiago Gómez Sierra, como vicepresidente, serán los encargados de arrancar la nave: Un nuevo nombre, que lo identifique más con la región y que podría llevar incorporada la palabra "Andalucía" y el diseño de la estrategia de negocio serán sus primeras prioridades.

"Medio Ambiente, energías renovables y sector agroalimentario, objetivos para invertir"
"El BEF será un gran músculo financiero para las empresas andaluzas"

Descartado o más bien vetado para el negocio tradicional por la presión de los bancos ante la autoridad monetaria, es decir, no será un banco para particulares y pequeñas empresas. El nuevo banco se ha marcado desde los primeros compases de su nacimiento ser un vehículo para la financiación corporativa, de los grandes proyectos de inversión e infraestructuras de la comunidad, y como mecanismo de gestión de cobros y pagos centralizados y de tesorería de las administraciones andaluzas.

El entusiasmo por esto último ha llegado a chirriar tanto en la propia administración como entre los que serán sus competidores, es decir, el resto de entidades financieras inmersas en el negocio bancario institucional, y que piensan que el BEF "será un competidor más en el mercado que tendrá que luchar por ganar los concursos públicos que salgan desde las administraciones, desde las subastas de bonos de la Junta de Andalucía, la colocación de puntas de liquidez de tesorería de la administración regional o para hacerse con los pagos y cobros de la Consejería de Economía..."

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"Bueno una cosa es la voluntad de lo que quieren hacer y otra la realidad del mercado. En la actividad institucional de la banca hay que contar con la ley de concursos públicos. Es evidente que será un competidor más en Andalucía, un nuevo compañero de viaje, que tendrá más tamaño, aunque ya las cajas andaluzas estaban actuando así, desde la FACA, y en operaciones sindicadas. Además, en Andalucía están concursando entidades extranjeras, con un gran conocimiento de la inversión institucional en Centroeuropa, y que participan en el crecimiento del PIB en sus países de manera más importante que aquí". Así se expresaba un directivo de una entidad financiera nacional ampliamente implantada en Andalucía.

Igualmente desde la Administración, el consejero de Economía, tras tras definir al BEF como "un nuevo instrumento financiero que materializa una nueva iniciativa de cooperación de las seis cajas de ahorros andaluzas", remarcaba que se trata de un proyecto que corresponde "exclusivamente" a las cajas poner en marcha.

Lo que si tienen claro quienes serán competidores del BEF en el mercado financiero es que las cajas andaluzas si sacarán tajada de la futura gestión de este banco. La idea de que éste tenga una estructura "muy ligera", de tal manera que "no comporte costes importantes a las cajas y que los trabajos básicos y más laboriosos sigan descansando sobre los equipos de las cajas", son en palabras de Braulio Medel un anticipo de la filosofía con la que comenzará a trabajar.

Para su arranque el BEF preveía en principio unos gastos de establecimiento de cuatro millones de euros (además de las oficinas de Madrid y la central de Málaga se pretende abrir tres más en la comunidad). Sobre previsiones de beneficios se estima que en 2007 crecería hasta 1,2 millones de euros, dos millones en 2008 y 2,3 millones en 2009. En cuanto a los activos, las cajas esperan alcanzar 1.123 millones en tres años.

Lo que si parece una apuesta decidida de los rectores del banco de las cajas andaluzas es que apostará de manera decidida por la inversión en dos sectores estratégicos: El medio ambiente y las energías renovables y en el sector agroalimentario andaluz. En palabras de un directivo de uno de los socios del BEF, este será "un gran músculo financiero para las empresas andaluzas".

La integración en el banco de parte de las carteras empresariales de las cajas socias es aún una incógnita por despejar, aunque es también otra de las estrategias de negocio previstas.

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