Con el arma preparada

Las frecuentes noticias que informan sobre asaltos violentos a viviendas han puesto sobre aviso a los vecinos de las urbanizaciones catalanas y han generado cierta alarma social. Los cuerpos policiales distinguen entre esa percepción subjetiva de inseguridad y los datos reales o, al menos, objetivos. Según los Mossos d'Esquadra, el año pasado se denunciaron un total de 38 robos con fuerza en domicilios de Barcelona, Girona y Lleida.

En cualquier caso, y también al margen de las operaciones policiales -como el dispositivo Nasa, que estos días destina casi 330 agentes a vigilar exc...

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Las frecuentes noticias que informan sobre asaltos violentos a viviendas han puesto sobre aviso a los vecinos de las urbanizaciones catalanas y han generado cierta alarma social. Los cuerpos policiales distinguen entre esa percepción subjetiva de inseguridad y los datos reales o, al menos, objetivos. Según los Mossos d'Esquadra, el año pasado se denunciaron un total de 38 robos con fuerza en domicilios de Barcelona, Girona y Lleida.

En cualquier caso, y también al margen de las operaciones policiales -como el dispositivo Nasa, que estos días destina casi 330 agentes a vigilar exclusivamente las urbanizaciones- las familias han optado por extremar las precauciones. En zonas residenciales dispersas, la policía ha detectado que decenas de propietarios han optado por contratar a vigilantes de seguridad privada. O han instalado sistemas de protección estática más sofisticados; por ejemplo, cámaras de vigilancia.

En algunas localidades, incluso, se han creado grupos de vecinos que salen de noche a patrullar para sentirse más seguros. Otros -una minoría- optan por una defensa más activa: reciben al asaltante con el arma preparada o predispuestos a reducirle por la fuerza.

El jueves, un vecino del casco antiguo de Tarragona sorprendió a un ladrón en el interior de su casa y consiguió retenerle hasta que llegaron agentes de la policía local, que detuvieron al asaltante. La madrugada del 23 de diciembre, otros tres ladrones lograron entrar en una vivienda de La Pobla de Montornès. El propietario, David Recio, cogió un cuchillo e hirió a uno de los asaltantes. Después logró que los otros huyeran haciéndoles creer que guardaba una escopeta. Distinto es el caso Tous. El 9 de diciembre, el vigilante de seguridad y yerno de la familia de joyeros, Lluís Corominas, disparó a quemarropa a un supuesto asaltante y le mató. Corominas está en prisión porque la juez rechaza que actuase en legítima defensa.

Hace unos días, en una comparecencia en el Parlament, el consejero de Interior, Joan Saura, lanzó una advertencia:"Estimular la sensación de inseguridad puede ayudar a promover el recurso a la autodefensa o a la violencia".

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