1.200 empresas implantadas en Mos funcionan en condiciones irregulares

La alcaldesa califica de "crítica" una situación que se deteriora desde hace 20 años

Más de 1.200 empresas están funcionando de manera irregular en el municipio de Mos, limítrofe con Vigo. La falta de licencias de obras, de ocupación o de actividad se superpone a la carencia de servicios en una situación que desde el propio Ayuntamiento se califica de "crítica". Las edificaciones se han mulplicado "como setas" por el territorio municipal, sin permiso o con autorizaciones excepcionales. El polígono de O Rebullón no tiene alcantarillado ni red de abastecimiento de agua. Las propias empresas se ven atrapadas en una trampa que las impide desarrollarse.

La situación viene ar...

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Más de 1.200 empresas están funcionando de manera irregular en el municipio de Mos, limítrofe con Vigo. La falta de licencias de obras, de ocupación o de actividad se superpone a la carencia de servicios en una situación que desde el propio Ayuntamiento se califica de "crítica". Las edificaciones se han mulplicado "como setas" por el territorio municipal, sin permiso o con autorizaciones excepcionales. El polígono de O Rebullón no tiene alcantarillado ni red de abastecimiento de agua. Las propias empresas se ven atrapadas en una trampa que las impide desarrollarse.

La situación viene arrastrándose desde hace unos 20 años. En 1992 se dio reconocimiento oficial al polígono de O Rebullón, de 16 hectáreas. Aquí hay instaladas 30 naves, en las que realizan su actividad 70 empresas, de las que sólo siete u ocho están al día legalmente, pese a lo cual se siguen alquilando y realquilando instalaciones con publicidad tan sugerente como la aparecida recientemente en un diario local: "Se alquila nave en Mos con vistas a la ría".

Las zies, zonas industriales espontáneas, han encontrado en Mos su apogeo y paraíso. "Lo más común es que se edificara en tierra de nadie, después se daban las licencias", dice la alcaldesa, María Jesús Escudero (PSOE), que desde que accedió al cargo está tratando de encontrar remedio a la situación.

"Es que aquí entras por un camino que no sabes a dónde va y, zas, al final te encuentras con una o más naves, de las que no existe constancia ninguna en el ayuntamiento", corrobora la responsable del urbanismo municipal, Concepción Martínez.

Industrias en los rincones más escondidos, en naves grandes, en galpones, en los bajos o semisótanos de viviendas, con licencias provisionales caducadas o que nunca se solicitaron,con posibilidades nulas de tener licencia de actividad porque incumpliría los requisitos requeridos para esa actividad. Toda la panoplia de irregularidades encuentra sitio en Mos.

En una de las naves del polígono de O Rebullón, por ejemplo, sus actuales propietarios compraron estrictamente la nave. Los derechos sobre el terreno del contorno y sobre el vuelo, es decir, para elevar la edificación, quedaron en manos del anterior propietario, que podría construir sobre la nave que ya no le pertenece.

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La no conexión a la red municipal de saneamiento y de agua potable multiplica las fosas sépticas, en muchos casos maltapadas por tableros. En otros casos, las empresas vierten directamente las aguas fecales a los viales, que son privados y así lo advierten los carteles en algunos de los desvíos: "Propiedad privada". El Ayuntamiento sólo es propietario del vial central del polígono, lo que le dificulta cualquier actuación y aumenta los riesgos, tanto sanitarios como físicos, para quienes circulen por el lugar.

Hay muchas empresas pegadas a las casas y en el ayuntamiento se amontonan las denuncias contra ellas por contaminación, acústica o de vertidos fecales e industriales, o por impedir con su trajín una vida ciudadana normal. Pero las propias empresas, aunque quisieran cumplir, están atrapadas en la imposibilidad de acceder a ninguna red de saneamiento.

Perjuicios al negocio

Cada vez son más frecuentes las empresas que necesitan los certificados de licencias (de obras, de ocupación o de actividad) para acceder a ayudas comunitarias, que les correspondería con todo merecimiento por su actividad productiva, pero que acaban perdiendo por la imposibilidad de obtener tales licencias y demostrar que cumplen los requisitos que dan derecho a las subvenciones.

En Mos ha gobernado el PP desde 1977, hasta el actual mandato. Los alcaldes Ramón Alonso y, antes, José Justo Fernández Ballesta, que fue también en dos etapas delegado provincial de la Consellería de Ordenación do Territoiro e Obras Públicas que dirigía Xosé Cuiña, fueron como regidores testigos de la degradación.

María Jesús Escudero confía en que el polígono de Veigadaña, recientemente aprobado, aliviará la caótica situación. La alcaldesa empezó a tramitarlo con la anterior Xunta y ha continuado tratando de acelerarlo con el actual Gobierno. "La conselleira de Vivenda no me recibe", se queja. Veigadaña tendrá 800.000 metros cuadrados. Estiman que a mediados de este año culminará el proceso de expropiaciones para reunir los terrenos y que pueda ser ocupado en 2008.

Naves en construcción o en funcionamiento en Mos.LALO R. VILLAR

Angel Sío Pérez, un edil en el ojo del huracán

Angel Sío Pérez, ingeniero técnico industrial y concejal de Mos desde hace 20 años (por el Centro Democrático y Social, por el PP y, los últimos años, como independiente), está en el ojo del huracán de la desfeita edificatoria de Mos, según señalaron a este periódico fuentes municipales y otras ajenas al ayuntamiento. "La gran mayoría" de los proyectos de construcción industrial del municipio llevan su firma.

Sío Pérez no quiso precisar cuántos proyectos ha realizado en Mos y se queja de la "persecución encarnizada" que padece por parte del actual gobierno municipal. "Si pudieran, me liquidarían, porque me tienen enfilado. Pero sólo pueden hablar y, como estamos en democracia, pues hay que aguantarlo. Yo creo que todo es producto de la envidia y de la falta de cultura", afirmó.

"Mos Prodega, ¿le dice algo?", preguntó este periódico. "Nada. Todo está en regla. En Mos puede haber irregularidades, pero ninguna urbanística. Y tampoco me gusta hablar de urbanismo en la prensa".

Mos Prodega es una de las edificaciones del polígono de O Rebullón. Fue construida, entre 1999 y 2001, por Galimos, de la que Sío Pérez era accionista, él mismo dirigió la obra y firmó la certificación del final antes de que realmente acabara. Luego no dejaba medir las naves a los funcionarios municipales que lo intentaban, aunque pudo comprobarse que "lo construido no se ajusta para nada a las licencias", según la responsable municipal de urbanismo.

Pero Sío Pérez ya no tiene ningún interés en Mos Prodega ni en ninguna otra obra en el municipio. "Ahora procuro no hacer nada aquí, sólo para amigos que me lo piden: nadie es profeta en su tierra. Pero yo hice muchos proyectos gratis para las asociaciones de vecinos. Y otros, que teóricamente eran malísimos, resulta que ahora son continuados por técnicos que informan sobre esos expedientes y a los que se encargan las ampliaciones; luego no serían tan malos", concluye.

Ha presentado numerosas denuncias que están tramitando los juzgados y sobre las que no quiere hablar. En el Ayuntamiento lo saben. "Trata de enloquecer a todo el departamento de urbanismo con peticiones, trámites y denuncias a funcionarios. Para entretener y ocultar lo suyo", explican.

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