El Tribunal de Apelaciones de Irak confirma la pena de muerte contra Sadam Husein

El dictador será ahorcado en 30 días, aunque la sentencia debe ser ratificada por Talabani

El Tribunal de Apelaciones de Irak confirmó ayer la sentencia de muerte contra Sadam Husein por crímenes contra la humanidad y dijo que puede ser ahorcado en los próximos 30 días. El presidente del tribunal, Aref Abdul-Razzaq al Shahin, confirmó en conferencia de prensa: "Desde mañana [por hoy], cualquier día puede aplicarse la sentencia". El dictador iraquí había recurrido contra el fallo del tribunal que le sentenció a muerte el pasado 5 de noviembre por el asesinato de 148 chiíes en 1982 en Dujail, al norte de Bagdad, en represalia por un atentado perpetrado contra él.

El citado juez...

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El Tribunal de Apelaciones de Irak confirmó ayer la sentencia de muerte contra Sadam Husein por crímenes contra la humanidad y dijo que puede ser ahorcado en los próximos 30 días. El presidente del tribunal, Aref Abdul-Razzaq al Shahin, confirmó en conferencia de prensa: "Desde mañana [por hoy], cualquier día puede aplicarse la sentencia". El dictador iraquí había recurrido contra el fallo del tribunal que le sentenció a muerte el pasado 5 de noviembre por el asesinato de 148 chiíes en 1982 en Dujail, al norte de Bagdad, en represalia por un atentado perpetrado contra él.

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El citado juez añadió que la vía de la apelación se ha agotado y, por tanto, los abogados defensores del condenado no podrán formular más recursos. La confirmación de la sentencia de muerte debe ser ratificada por el presidente de Irak, Jalal Talabani, y los dos vicepresidentes, aunque el presidente del tribunal dijo que la sentencia no puede ser conmutada por otra pena. Talabani ya ha dicho que se opone a la pena de muerte.

El tribunal también confirmó la pena capital para otros dos acusados en el mismo proceso, colaboradores de Sadam Husein, y en el caso de un cuarto condenado a cadena perpetua, el alto tribunal remite la causa de nuevo al juzgado por considerar que la sentencia es demasiado indulgente.

La ejecución del dictador iraquí dejará sin efecto la persecución penal por campañas militares llevadas a cabo en los años ochenta y noventa, en las que presuntamente mató a decenas de miles de iraquíes chiíes y kurdos.

Actualmente está siendo juzgado por la llamada campaña de Anfal, en la que se usaron armas químicas para exterminar a 180.000 kurdos. Precisamente los cargos por los que ha sido condenado a muerte derivan de un incidente de menor magnitud, en comparación: la ejecución de 148 hombres y niños chiíes en la ciudad de Dujail, a unos 64 kilómetros al norte de Bagdad, como represalia a un intento de asesinato contra él en 1982.

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El abogado defensor de Sadam, Jalil al Dulaimi, comentó que "esperaba" el veredicto que ha salido. "No nos ha sorprendido en absoluto, porque estamos convencidos de que éste ha sido al 100% un juicio político", dijo.

La noticia de la confirmación de la sentencia de muerte corrió como la pólvora por las calles de Bagdad. En un restaurante en el distrito de Karrada, Jaffar Hani, un carnicero de 22 años, comentaba que Irak estará mejor sin el dictador. "Sadam Husein no merece vivir, por todo lo que hizo", sentenció Hani.

La Casa Blanca se congratuló a través de su portavoz, Scott Stanzel, quien aseguró que se trata de un paso importante "en los esfuerzos del pueblo iraquí para sustituir el imperio de un tirano por el imperio de la ley". Stanzel hacía sus comentarios a bordo del Air Force One en vuelo con el presidente, George W. Bush, a Tejas.

Mientras tanto, Irak experimentó ayer su dosis diaria de violencia sectaria, con la muerte de 41 personas en varios atentados. Uno de ellos fue perpetrado con coche bomba en Bagdad, en el barrio suní de Al Azamiya, donde hubo 20 muertos y 35 heridos, según fuentes del Ministerio del Interior. Otras 21 personas murieron en otros tres atentados con coche bomba y artefactos explosivos también en la capital, en los que además resultaron heridas 94 personas.

Por otra parte, la policía iraquí reveló que las patrullas policiales recogieron ayer 41 cadáveres en distintos barrios de Bagdad. Fuentes del citado ministerio informaron de que los cadáveres presentaban signos de haber sido torturados y asesinados a tiros.

Un iraquí contempla un amasijo de coches destruidos por la explosión de una bomba ayer en Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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