Tribuna:Inversión | CONSULTORIO

Banca inmobiliaria

Con 2006 culmina una década de fuerte e ininterrumpido crecimiento económico en España, al hilo de una bonanza inmobiliaria cuya intensidad y duración supera toda comparativa internacional. Pues bien, si la economía española ha mantenido un fuerte sesgo hacia la construcción e inmobiliario, mucho mayor ha sido ese sesgo en lo referente a la orientación de negocio en las entidades financieras, de tal manera que bien podría calificarse de banca inmobiliaria el núcleo central de las mismas.

Ese sesgo se pone de manifiesto si consideramos que, del saldo vivo de inversión crediticia e...

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Con 2006 culmina una década de fuerte e ininterrumpido crecimiento económico en España, al hilo de una bonanza inmobiliaria cuya intensidad y duración supera toda comparativa internacional. Pues bien, si la economía española ha mantenido un fuerte sesgo hacia la construcción e inmobiliario, mucho mayor ha sido ese sesgo en lo referente a la orientación de negocio en las entidades financieras, de tal manera que bien podría calificarse de banca inmobiliaria el núcleo central de las mismas.

Ese sesgo se pone de manifiesto si consideramos que, del saldo vivo de inversión crediticia en las entidades financieras españolas, casi un 60% está vinculado a actividades relacionadas con el mercado inmobiliario en tres grandes epígrafes: lo concedido a la promoción inmobiliaria propiamente dicha (más de 200.000 millones de saldo vivo), lo concedido a actividades de construcción (unos 150.000 millones) y lo concedido a familias para la adquisición y rehabilitación de vivienda, que es algo más de medio billón de euros de saldo vivo.

Casi el 60% del saldo vivo de inversión crediticia en las entidades financieras españolas está vinculado al mercado inmobiliario

Ese intenso sesgo inmobiliario del sistema bancario español ha orientado en gran medida las estrategias de actuación de las entidades, tanto en su orientación a volumen en detrimento de márgenes como en un modelo de distribución basado en oficinas pegadas a nuevas promociones inmobiliarias. Esas estrategias, que han sido generalizadas y muy exitosas en un contexto de mercado inmobiliario fuertemente expansivo, deben ser objeto de replanteamiento en la medida en que dicho mercado parece afrontar un proceso de clara desaceleración, tanto en precios como en nivel de actividad. Al fin y al cabo, tras una elevación de tipos que acumula 1,50% en un año, y probablemente pueda añadir otro 0,50% adicional en los próximos meses, un mercado tan sensible a las condiciones de financiación como es el inmobiliario debe notar paulatinamente esos efectos, como así ha ocurrido previamente en el Reino Unido o Estados Unidos.

Ángel Berges y Gloria Hervás son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Analistas).

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