Mesas para el Diálogo

Los madrileños ignoran las elecciones vecinales

Sólo 8.641 ciudadanos de un censo de 2,8 millones votaron en las Mesas para el Diálogo

Las elecciones a las Mesas para el Diálogo y la Convivencia de los Distritos -un nuevo órgano creado por el equipo de gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón- tuvieron una participación casi nula. Sólo 8.641 vecinos de los 2,8 millones de electores mayores de 16 años residentes en la capital (un 0,3% del censo) votaron. Se presentaron 938 candidatos en los 21 distritos de la capital, pero en algunas juntas municipales no llegaron a cubrirse ni los mínimos. Estas cifras motivaron que la oposición (PSOE e IU) calificaran este proceso de "rotundo fracaso" y de "montaje cara a la galería". Por su parte...

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Las elecciones a las Mesas para el Diálogo y la Convivencia de los Distritos -un nuevo órgano creado por el equipo de gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón- tuvieron una participación casi nula. Sólo 8.641 vecinos de los 2,8 millones de electores mayores de 16 años residentes en la capital (un 0,3% del censo) votaron. Se presentaron 938 candidatos en los 21 distritos de la capital, pero en algunas juntas municipales no llegaron a cubrirse ni los mínimos. Estas cifras motivaron que la oposición (PSOE e IU) calificaran este proceso de "rotundo fracaso" y de "montaje cara a la galería". Por su parte, el director de Inmigración del Ayuntamiento, Tomás Vera, aseguró que la jornada transcurrió "muy bien" y que acudieron un "número importante" de votantes.

La participación más alta se registró en el distrito de Salamanca y la más baja en el de San Blas
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Las urnas abrieron a las ocho de la mañana en 43 centros municipales y juntas municipales. El goteo de votantes fue muy lento en la mayoría de las urnas. En una de las mesas, las cuatro o cinco personas que estaban pendientes de controlar los comicios reconocieron que durante toda la mañana se habían aburrido bastante. "Me he traído hasta los apuntes de la facultad para ir leyendo algo", explicó Elena Sánchez, estudiante de Periodismo.

El ambiente que se respiraba en los centros era de especial tranquilidad. Pocos residentes sabían que ayer podían acudir a elegir a sus representantes vecinales para unas mesas de reciente creación. Los madrileños salieron a pasear en una mañana soleada pero ignoraron el proceso.

Para ejercer el derecho a voto bastaba con presentar un documento oficial que acreditara la identidad y los encargados de la mesa enviaban el número a una central para evitar que se duplicara la participación y comprobar si el vecino estaba en el censo. Después, se le entregaba una hoja de gran tamaño, cerca de un DIN-A 3, en el que tenía que marcar los candidatos que quería votar. Como regalo recibía una encina de pequeño tamaño. El Ayuntamiento distribuyó 5.000 ejemplares y los fue reponiendo conforme se agotaban en los centros de voto.

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La participación fue muy baja desde el primer momento. A la una de la tarde, por ejemplo, sólo habían acudido 50 electores al centro cultural Casa del Reloj, en Arganzuela. En la otra urna del distrito, situada en la calle de Canarias número 17, la participación era a esa hora de 37 votantes, según fuentes municipales.

Pero ni el propio Ayuntamiento se creyó la votación. La página del Consistorio en Internet (www.munimadrid.es) no ofreció ningún dato de la participación de los comicios durante todo el día. Al mediodía, unos 5.000 madrileños habían acudido a las mismas, según fuentes municipales. A las seis de la tarde subió hasta los 7.000.

Las urnas también eran muy distintas, según la zona. En algunos puntos se colocaron cajas de cartón de más de un metro de alto; en otras, como en la que votó Gallardón, había un sistema electrónico. Fuentes de IU señalaron que en Puente de Vallecas falló este sistema.

En Arganzuela, al igual que en otros distritos, se presentaron vecinos que forman parte de las plataformas creadas contra la política de Ruiz-Gallardón. Entre ellos, el presidente de la Plataforma Vecinal contra las Obras de la M-30, Roberto Tornamira. "Sabemos que estas mesas no sirven para nada. Ni siquiera vale para algo lo que se hace en las juntas municipales de distrito como para que estas mesas logren algo interesante para los vecinos. Si nosotros presentamos 13.000 firmas de queja y no nos hicieron caso, ¿qué van a hacer con 40 representantes nada más?", se lamentó Tornamira.

"Además, ésta es una prueba más para la concejal de Urbanismo de que los vecinos que nos quejamos de las obras de la M-30 no estamos politizados como nos ha acusado", añadió el presidente en referencia a que los partidos de la oposición no han apoyado el proceso.

Retiro tenía a las dos de la tarde una participación ligeramente superior: habían acudido unos 200 residentes. "Antes la gente se quejaba porque no podía votar, ahora que pueden pasan", comentaba una mujer a la puerta de este distrito.

La participación se cerró con 8.641 electores, según los datos facilitados por el Ayuntamiento. El distrito de Salamanca fue el más votante (787 vecinos), mientras que San Blas fue el que menos (132 papeletas). Esto supone que sólo el 0,3% de los 2.798.335 electores se acercaron a las urnas. Los resultados y las consiguientes composiciones de las mesas no se conocerán hasta mañana, dada la complejidad del recuento. Inicialmente, el Ayuntamiento anunció que el recuento se daría a conocer sólo unas horas después de cerrarse las mesas.

Estos comicios han estado envueltos en la polémica desde el primer momento. La oposición, los sindicatos y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM) se opusieron al proceso. Creían que las elecciones se convocaban para ganarse el favor de los inmigrantes. El portavoz del grupo municipal socialista, Óscar Iglesias, calificó de "cortina de humo" la jornada de ayer, sobre todo, al conocer "la ridícula participación". "No se ha querido incentivar el voto y se han hecho unas elecciones de tapadillo. Menos mal que los resultados han demostrado que este montaje es un absoluto fracaso y que el alcalde no ha querido más que lavarse la imagen ante los vecinos. Los madrileños queremos una participación real y día a día y no este experimento", explicó Iglesias. Éste añadió que el proceso no tenía suficientes garantías: "Al que no da la razón a Gallardón, directamente le criminaliza. Tampoco se puede tener un doble discurso con la inmigración, como acostumbra el PP".

Las críticas de la portavoz de IU en el Ayuntamiento, Inés Sabanés, fueron también duras; protestó porque se montó un dispositivo muy complejo de urnas y de publicidad (carteles, anuncios y cartas), pese a lo cual "los madrileños ni se han enterado de que podían votar". "Además, la baja participación deslegitima el proceso", añade. "Para unas elecciones de estas características había que haber trabajado mucho más con el movimiento vecinal y con los colectivos de emigrantes", concluyó Sabanés.

El director de Inmigración del Ayuntamiento, Tomás Vera, destacó que el proceso es novedoso en toda Europa: "Es como la encina que regalamos. Ahora se trata de un árbol pequeño, pero que crecerá lentamente y con unos cimientos muy fuertes". Vera no facilitó el número de árboles que preparó el Ayuntamiento, aunque sí recalcó que en algunas juntas, como la del distrito de Salamanca o Moratalaz, hubo que mandar más encinas por la alta participación. Fue la excepción.

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