Una protesta de un grupo de taxistas dejó sin servicio ayer por la mañana a los pasajeros del puente aéreo

Los usuarios del puente aéreo que llegaron ayer a Barcelona se quedaron sin poder coger un taxi de 8.20 a 10.00 horas. Los taxistas secundaron un paro de dos horas convocado por el sindicato Avant-GTI y se negaron a recoger pasaje en la terminal C como medida de protesta por el mal funcionamiento del servicio en las instalaciones, que a su juicio es responsabilidad de AENA.

El paro empezó con 20 minutos de retraso. Los taxistas dejaron de acceder a la parrilla de espera donde acostumbran a hacer cola antes de que les toque el turno para entrar en las terminales. Un pequeño grupo de piqu...

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Los usuarios del puente aéreo que llegaron ayer a Barcelona se quedaron sin poder coger un taxi de 8.20 a 10.00 horas. Los taxistas secundaron un paro de dos horas convocado por el sindicato Avant-GTI y se negaron a recoger pasaje en la terminal C como medida de protesta por el mal funcionamiento del servicio en las instalaciones, que a su juicio es responsabilidad de AENA.

El paro empezó con 20 minutos de retraso. Los taxistas dejaron de acceder a la parrilla de espera donde acostumbran a hacer cola antes de que les toque el turno para entrar en las terminales. Un pequeño grupo de piquetes se encargó de que los taxistas renunciaran a recoger clientes en la terminal C. En el resto de las terminales, el servicio no llegó a paralizarse, aunque la falta de vehículos desembocó en la formación de largas colas de usuarios frente a la parada de taxis.

Los usuarios del puente aéreo se mostraron sorprendidos por la falta de taxis y la negativa a recoger pasaje de los pocos taxistas que había ante la terminal. "Esto es una barbaridad. Se puede negociar y dar servicio a la vez", le espetó un ejecutivo malhumorado a un huelguista. Los más enojados eran quienes tenían el tiempo justo para llegar a reuniones convenidas. "No teníamos ni idea del paro y ya llegamos tarde", se lamentó María Vela. Carlos Iborra preguntaba con impaciencia cómo podía llegar a Barcelona. Finalmente se puso a la cola del Aerobús, pero iba demasiado lleno y se marchó sin él. Tuvo más suerte con el siguiente, al que sí pudo acceder, si bien tuvo que realizar el viaje de pie y entre apretujones.

La protesta transcurrió con relativa tranquilidad. Los propios trabajadores informaron a los pasajeros de que podían utilizar el autobús o el tren como alternativas. Algunos taxistas pactaron con sus clientes quedar unos metros más allá del piquete para que pudieran subirse al coche. Otros que llegaban y descargaban el pasaje optaron por cargar de nuevo saltándose la normaque les impide esta maniobra.

El presidente de Avant-GTI, José María Soto, reclamó a AENA que habilite un carril para taxis que permita el acceso directo a las terminales. "El aeropuerto y el número de pasajeros han crecido, pero no ha mejorado la infraestructura, a la espera de la inauguración de la nueva terminal", explicó. Por el momento, autobuses de seis líneas públicas y privadas que llegan al aeropuerto interrumpen el paso de los taxis, al igual que nueve pasos de peatones donde los conductores deben pararse a cada momento. "Tardamos 15 minutos en recorrer el tramo desde la parrilla de espera a la terminal C. Si faltan taxis es por culpa de AENA", afirmó Soto.

La dirección del aeropuerto aseguró que "el problema es de los taxistas, que pasan el rato en el bar de la zona de espera sin importarles que los pasajeros hagan cola en las terminales".

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