La Real Fábrica de Tapices logra la máxima protección urbanística

La reciente declaración de la Real Fábrica de Tapices Bien como Bien de Interés Cultural, asegura a esta institución madrileña la máxima protección urbanística al edificio que ocupa desde 1889, entre las calles de Fuenterrabía y Andrés Torrejón.

La Real Fábrica, heredera de la fundada por impulso regio de Carlos III, es hoy una institución de interés cultural, presidida por Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, creada bajo esta forma en 1996 y promovida por el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y Cajamadrid. Cuenta con un centenar de trabajadores y una escuela t...

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La reciente declaración de la Real Fábrica de Tapices Bien como Bien de Interés Cultural, asegura a esta institución madrileña la máxima protección urbanística al edificio que ocupa desde 1889, entre las calles de Fuenterrabía y Andrés Torrejón.

La Real Fábrica, heredera de la fundada por impulso regio de Carlos III, es hoy una institución de interés cultural, presidida por Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, creada bajo esta forma en 1996 y promovida por el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y Cajamadrid. Cuenta con un centenar de trabajadores y una escuela taller con 24 alumnos y ocho profesores.

La Real Fábrica, que dirige María Dolores Asensi desde 2002, es visitable a diario en horario matutino de 10.00 a 14.00 y es considerada como un museo vivo, ya que los visitantes contemplan directamente el quehacer de los tapiceros, con sus bastidores, aparejos y lanas. Asimismo, se exponen en sus muros y se conservan en sus almacenes algunos de los mejores tapices de Europa. En la actualidad, se muestra una serie bruselense del siglo XVII, sobre Los hechos de los Apóstoles, cuyos cartones originarios se atribuyen a Rafael Sanzio. Asimismo, se exhibe La historia del Cónsul Decio, con cartones de Pedro Pablo Rubens.

La Real Fábrica posee un archivo formado por 520 legajos que albergan los más de 2.000 expedientes que contienen unos 2.500 bocetos de alfombras y cartones históricos, incluidos de Francisco de Goya, para tapices. La fábrica, que restaura piezas de otras instituciones, estrenó hace un año una instalación para lavado de textiles de gran formato. Consta este ingenio de un sistema de inmersión controlada, que permite su monitorización en cada fase del proceso. Así, "un cliente que envíe su tapiz por ejemplo, desde Nueva York a la Real Fábrica, en todo momento y de manera directa, online, puede ver y supervisar informáticamente el estado o la situación del proceso de lavado en el que su textil se encuentra", explica la directora María Dolores Asensi.

La sala de exposiciones temporales expuso recientemente una muestra dedicada al fotógrafo Ramón Massats.

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