Zapatero sugiere a Batasuna que su legalización no acarreará ningún problema

El presidente argumenta que "si es una nueva formación, no parece que se les pueda apartar"

El jefe del Ejecutivo aprovechó la recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional para despejar los recelos de Batasuna sobre su legalización por la vía de la Ley de Partidos, lo que de paso permitiría su participación en la mesa política sobre el futuro de Euskadi que pretenden crear los nacionalistas y los socialistas vascos.

Batasuna, que dispone de varios borradores y fórmulas para su legalización, teme que su paso por la ventanilla de la Ley de Partidos, con nuevos estatutos y nueva sigla, sea insuficiente, al existir abierta la vía penal por la que el juez Baltasar ...

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El jefe del Ejecutivo aprovechó la recepción en el Palacio Real con motivo de la Fiesta Nacional para despejar los recelos de Batasuna sobre su legalización por la vía de la Ley de Partidos, lo que de paso permitiría su participación en la mesa política sobre el futuro de Euskadi que pretenden crear los nacionalistas y los socialistas vascos.

Batasuna, que dispone de varios borradores y fórmulas para su legalización, teme que su paso por la ventanilla de la Ley de Partidos, con nuevos estatutos y nueva sigla, sea insuficiente, al existir abierta la vía penal por la que el juez Baltasar Garzón suspendió las actividades de Batasuna en agosto de 2002 por un periodo de tres años, que posteriormente fue prorrogado por el magistrado Fernando Grande-Marlaska.

Zapatero trató ayer de despejar esos recelos de los líderes de Batasuna al apuntar que "el ordenamiento jurídico no puede llegar a una contradicción insalvable" de legalizar a un partido por la Ley de Partidos e impedir sus actuaciones, después, en aplicación de la vía penal.

La Ley de Partidos establece que para la ilegalización de una formación política hace falta que el Gobierno o la Fiscalía General del Estado promueva esa iniciativa. Su artículo 11 establece: "Están legitimados para instar la declaración de ilegalidad de un partido político y su consecuente disolución, en virtud de lo dispuesto en los párrafos b) y c) del apartado 2 del artículo anterior de esta Ley Orgánica, el Gobierno y el Ministerio Fiscal. El Congreso de los Diputados o el Senado podrán instar al Gobierno que solicite la ilegalización de un partido político, quedando obligado el Gobierno a formalizar la correspondiente solicitud de ilegalización, previa deliberación del Consejo de Ministros, por las causas recogidas en el artículo 9 de la presente Ley Orgánica. La tramitación de este acuerdo se ajustará al procedimiento establecido, respectivamente, por la Mesa del Congreso de los Diputados y del Senado".

Entrada en vigor de la ley

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Desde la entrada en vigor de esa Ley, en 2002, la fiscalía ha instado en varias ocasiones la ilegalización de formaciones políticas en las que participaban miembros de Batasuna y que pretendieron presentarse a elecciones europeas, municipales y autonómicas.

En el caso de la ilegalización de Batasuna, la iniciativa correspondió al Ejecutivo presidido por José María Aznar y a la Fiscalía General del Estado, que entonces encabezaba Jesús Cardenal.

El presidente del Gobierno evitó ayer apremiar a Batasuna sobre los plazos para tramitar su legalización. Cuando se le preguntó para cuándo espera que Batasuna pida su legalización, se limitó a responder: "Lo único que sé es que deberá ser antes de las elecciones municipales" del próximo mes de mayo. En todo caso, dejó claro que "ningún partido que no esté dentro de la legalidad formará parte de la mesa de diálogo de los partidos vascos".

Zapatero ofreció ayer una versión serena de la marcha del proceso para el fin de la violencia terrorista en el País Vasco. "Va razonablemente bien en tiempo y forma", diagnosticó, e incluso evitó calificar como "bloqueo" la situación vivida en los últimos meses, como el aplazamiento de las conversaciones entre Gobierno y ETA, al señalar: "Unas veces se avanza más deprisa y otras más despacio, en función de si hay más o menos tensión".

El presidente del Gobierno planteó que el principal obstáculo del proceso de paz en estos momentos es la persistencia de la kale borroka (terrorismo callejero), cuyo cese reclamó "definitiva y totalmente" porque su permanencia es "muy perjudicial" para el proceso de paz.

Sin señalar que la pervivencia de la kale borroka incide directamente en la adopción de medidas penitenciarias por parte del Gobierno, indicó que el acercamiento de presos a las cárceles del País Vasco se hará "de modo natural".

Zapatero insistió en que el miembro de ETA Iñaki de Juana Chaos puso fin a su huelga de hambre por decisión propia, sin que el Gobierno interviniera o negociara nada con ETA.

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