Valencia devuelve 16 viviendas sociales desatendidas durante años en La Coma

Los pisos, que están en condiciones deplorables, serán gestionados por la Generalitat

El Ayuntamiento de Valencia, que preside la popular Rita Barberá, decidió el pasado viernes devolver 16 viviendas sociales de propiedad municipal, adquiridas en 1987 para realojar familias en situación de marginalidad, al Instituto Valenciano de la Vivienda. Siete de estas viviendas, situadas en el barrio de La Coma, en Paterna, están vacías y los vecinos han tapiado las puertas para evitar que el hedor y los insectos que se acumulan afecten a sus domicilios. Las viviendas habitadas no cumplen con las mínimas garantías de salubridad. EU-L'Entesa criticó la desidia municipal.

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El Ayuntamiento de Valencia, que preside la popular Rita Barberá, decidió el pasado viernes devolver 16 viviendas sociales de propiedad municipal, adquiridas en 1987 para realojar familias en situación de marginalidad, al Instituto Valenciano de la Vivienda. Siete de estas viviendas, situadas en el barrio de La Coma, en Paterna, están vacías y los vecinos han tapiado las puertas para evitar que el hedor y los insectos que se acumulan afecten a sus domicilios. Las viviendas habitadas no cumplen con las mínimas garantías de salubridad. EU-L'Entesa criticó la desidia municipal.

En el número 1 de la plaza de la Yesa, en el barrio de La Coma, los vecinos se agolpan en las escaleras que conducen a la puerta de su bloque de viviendas como si esperaran el autobús. La mayoría reconocen que prefieren estar fuera que en su propia casa. Después de 19 años de gestión municipal, el inmueble, cuyos inquilinos fueron realojados aquí a merced de los servicios sociales del Ayuntamiento de Valencia, pasará a manos del Instituto Valenciano de la Vivienda, dependiente de la Generalitat. Los residentes lo saben pero no creen que esto vaya a cambiar demasiado su situación. Desde este punto de reunión habitual, puede verse lo que antaño debía ser una ventana y ahora no es más que un agujero desalmado. "En este edificio hay un montón de pisos vacíos. La gente de los otros bloques entró y se llevó todo lo que había dentro. Lo peor es que los que vienen por la noche se cagan y se mean y, luego, todo se llena de ratas", asegura Ana María Carbonell, madre de cinco hijos. Esta mujer de 54 años explica que su marido ha puesto un refuerzo de hierro en la puerta contigua a la de su casa para impedir el paso a los "gamberros" y evitar que los roedores accedan a su rellano. Su vecina, Carolina Fernández, lamenta la poca atención que la Administración le ha prestado desde que hace tres años se instaló en el segundo piso. "Vivo como si fuera una mendiga. Cuando vine aquí el Ayuntamiento me dijo que me ayudaría a arreglar el piso", asegura. Hoy, la pared y las puertas están llenas de agujeros, no tienen bidé y las cucarachas campan por la cocina.

El concejal de EU-L'Entesa en el Ayuntamiento de Valencia, Antonio Montalbán, criticó ayer la desidia que ha caracterizado la gestión municipal y lamentó que durante este tiempo no se haya sacado provecho de estos pisos en favor de los más desfavorecidos. El Ayuntamiento justifica su falta de atención y la devolución de las viviendas argumentando que la intervención social no puede ser eficaz porque esa zona pertenece al término de Paterna y allí el consistorio no puede actuar. En estas circunstancias, Montalbán propuso que, en vez de devolver el bloque a cambio de 110.000 euros, se permute con el Instituto de la Vivienda por otro ubicado en Valencia.

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