Cinco estudiantes valencianos prueban en la estación espacial su experimento

Dentro de unas dos semanas el astronauta alemán Thomas Reiter abrirá en la Estación Espacial Internacional algo parecido a una caja de aluminio. Y lo pondrá en marcha. El aparato, similar a un ordenador, sirve para medir las variaciones en los niveles de radiación que se registran en el interior de la estación. El asunto tiene su importancia; las radiaciones en el espacio, fuera de la protección del campo electromagnético de la Tierra, son uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los viajes tripulados. El asunto tiene también su interés porque la máquina no ha salido de ninguno de lo...

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Dentro de unas dos semanas el astronauta alemán Thomas Reiter abrirá en la Estación Espacial Internacional algo parecido a una caja de aluminio. Y lo pondrá en marcha. El aparato, similar a un ordenador, sirve para medir las variaciones en los niveles de radiación que se registran en el interior de la estación. El asunto tiene su importancia; las radiaciones en el espacio, fuera de la protección del campo electromagnético de la Tierra, son uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los viajes tripulados. El asunto tiene también su interés porque la máquina no ha salido de ninguno de los grandes centros de la industria espacial; lo han concebido, diseñado y construido cinco estudiantes de la Universitat de València.

Los chavales de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería presentaron su proyecto, que se llama Under The Background Influence (UTBI), al concurso Succes (Student Contest Special Opportunities) después de ver un cartel colgado en los pasillos de la facultad. A la competición organizada por la Agencia Espacial Europea (ESA en sus siglas en inglés) pueden concurrir alumnos de cualquier carrera universitaria. UTBI pasó el primer filtró. Y el segundo, al que llegaron 40 grupos. El pasado octubre la ESA lo declaró ganador junto al proyecto presentado por una universidad irlandesa, que consistía en analizar cómo es el sueño de un astronauta cuando duerme en el espacio.

Viaje con la nave Soyuz

El premio por haber ganado el concurso consistía en llevar el experimento a la práctica. Los estudiantes valencianos trabajaron durante 10 meses en su fabricación y luego viajaron a la sede que la ESA tiene en Noordwijk, donde UTBI fue "calificado para el espacio" después de superar todas las pruebas de seguridad.

El aparato salió el lunes hacia la Estación Espacial Internacional, aprovechando el viaje de la nave rusa Soyuz 13. El miércoles alcanzó su destino, y allí espera a que Reiter lo ponga a trabajar, probablemente, a principios de octubre.

Andrés Russu, uno de los estudiantes, explica que la medición de radiaciones en el espacio es algo habitual, y que UTBI fue seleccionado por ofrecer una gran resolución; llevar unos detectores de alta energía nuevos e incorporar una técnica que permite diferenciar entre fotones y partículas. Será uno entre decenas de experimentos que realizará Reiter. "A nosotros nos sirve porque la estación es un laboratorio. Encontrar una concentración de radiación tan alta es muy difícil", afirma Russu, quitándose importancia.

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El UTBI va acompañado de un exhaustivo libro de instrucciones para que el astronauta pueda realizar las pruebas. "Por si acaso, nos han dicho que tengamos el móvil conectado 24 horas, no vaya a ser que tenga algún problema", comenta el estudiante.

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