CAMP DE TARRAGONA | Los efectos de los fenómenos atmosféricos sobre el territorio

Desbordamiento periódico

La toponimia del Camp de Tarragona deja claro que se trata de un lugar esculpido por el agua. Docenas de torrentes, rieras o barrancos describen los lugares que tradicionalmente recorría el agua para viajar de la sierra prelitoral hacia el mar. Estos caminos, despejados durante siglos, están ahora plagados de obstáculos que el agua debe sortear, ya sean carreteras, vías de tren o incluso urbanizaciones en primera línea de mar, lo que genera el desbordamiento periódico de las rieras. "Lo que realmente evitaría el desastre es respetar los lechos naturales, mantener libres de construcción las zon...

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La toponimia del Camp de Tarragona deja claro que se trata de un lugar esculpido por el agua. Docenas de torrentes, rieras o barrancos describen los lugares que tradicionalmente recorría el agua para viajar de la sierra prelitoral hacia el mar. Estos caminos, despejados durante siglos, están ahora plagados de obstáculos que el agua debe sortear, ya sean carreteras, vías de tren o incluso urbanizaciones en primera línea de mar, lo que genera el desbordamiento periódico de las rieras. "Lo que realmente evitaría el desastre es respetar los lechos naturales, mantener libres de construcción las zonas inundables, denegar permisos de obra en dominio público hidráulico, preservar el bosque de ribera y su función de tampón hidrológico....". Son propuestas del grupo ecologista Gepec, que defiende una mejor planificación territorial y unas técnicas de construcción que canalicen correctamente el agua.

Un ejemplo: el barranco de Barenys, en Salou (Tarragonès), una riera que recoge las lluvias de hasta 25 kilómetros hacia el interior y desemboca en el paseo marítimo de Salou. En este recorrido, el agua sortea como puede la autopista AP-7, la N-340, la vía del tren y, finalmente, el barrio de la Salut, que queda siempre inundado. El Ayuntamiento tiene en marcha un proyecto a corto plazo para desviar el tramo final, ensanchar la desembocadura del barranco y evitar así nuevas riadas. Está pendiente de la autorización de la Agencia Catalana del Agua.

Un caso más grave ocurre en Montbrió del Camp (Baix Camp). Si en Salou, pese a las inundaciones cíclicas, no ha muerto nadie, en Montbrió no puede decirse lo mismo. En 2000, fallecieron un niño de 10 años, sus padres y su tío, que atravesaron la riera de la Ànima Blanca con su coche, que arrastró el agua. Han pasado cuatro años y "no se ha hecho nada", dice el alcalde, Francesc Xavier Escoda.

En Cambrils, en 2004 perdieron la vida cuatro personas cuando se adentraron por la riera del Regueral con su 4 x 4. El Ayuntamiento, que ha actuado para asegurar el resto de las rieras del municipio, ha señalizado ahora el peligro.

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