El tranvía del Besòs empezará a funcionar sin que estén terminadas las obras de los accesos

El Ayuntamiento de Barcelona responsabiliza a la Generalitat de los retrasos

El consejo ejecutivo de la Autoridad del Transporte Metropolitano decidirá el miércoles que viene, 13 de septiembre, la fecha exacta para poner en funcionamiento el tranvía del Besòs. Todo apunta que será durante las fiestas de la Mercè. Al menos la empresa municipal Bimsa, que realiza las obras de los accesos, ha recibido la orden de tenerlos suficientemente listos para esas fechas. Se inaugurarán 5 paradas de las 12 que tendrá la línea, pero en cada una de ellas sólo se podrá utilizar un acceso, el otro seguirá en obras al menos unos meses más.

La voluntad del Ayuntamiento de Barcelon...

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El consejo ejecutivo de la Autoridad del Transporte Metropolitano decidirá el miércoles que viene, 13 de septiembre, la fecha exacta para poner en funcionamiento el tranvía del Besòs. Todo apunta que será durante las fiestas de la Mercè. Al menos la empresa municipal Bimsa, que realiza las obras de los accesos, ha recibido la orden de tenerlos suficientemente listos para esas fechas. Se inaugurarán 5 paradas de las 12 que tendrá la línea, pero en cada una de ellas sólo se podrá utilizar un acceso, el otro seguirá en obras al menos unos meses más.

La voluntad del Ayuntamiento de Barcelona de inaugurar el tranvía del Besòs, en la línea que discurre semisoterrada junto a la Gran Via, en las fiestas de la Mercè lleva camino de convertirse en el último conflicto institucional de la época de Joan Clos y el primero de Jordi Hereu. Hay una parte de las obras que no está terminada: los accesos y la urbanización de la zona. Esa parte correspondía a Bimsa, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona. En cambio, sí han acabado las obras de infraestructuras, realizadas por GISA, dependiente del Gobierno catalán, y las instalaciones que deben permitir que el tranvía funcione, hechas por la firma privada que explota el resto de tranvías en Barcelona.

"Nosotros recibimos el encargo en noviembre de 2004", explica un dirigente de Bimsa. "Y nos dieron dos años para hacer los accesos y un poco más para las pantallas de insonorización". Esto significa que Bimsa tiene tiempo para terminar los accesos hasta noviembre o diciembre, y hasta febrero para las pantallas. Además, sigue la misma fuente, Bimsa tenía que intervenir en los dos lados de la Gran Via. En el lado montaña, para construir un aparcamiento que está hecho; en el lado mar, para el tranvía, pero ahí no se pudo actuar hasta que GISA terminó su parte.

El caso es que para la Mercè no estará todo, aunque en cada estación se habrá terminado "uno de los dos accesos" de modo que los usuarios puedan acceder al tranvía. El otro seguirá en obras, explicó el mismo dirigente de Bimsa, cuyo portavoz insistió en que no hay incumplimiento por parte municipal.

La Autoridad del Transporte Metropolitano ha convocado una reunión para el próximo miércoles en la que se decidirá la fecha definitiva. Fuentes municipales defienden las fiestas de la Mercè y Bimsa trabaja con esa hipótesis.

El Departamento de Política Territorial, de quien depende GISA, declinó discutir sobre la causa de los retrasos. "Allí hay dos obras y el lado del mar, que es el que ha hecho GISA, ha adelantado más que el otro. Pero lo importantes es que estamos acelerando las obras", dijo un portavoz que sostuvo que la inauguración oficial no se hará "en ningún caso" durante las fiestas de la Mersè, aunque sí antes de final de mes.

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Paradas inexistentes

Transportes Metropolitanos de Barcelona está trabajando en un nuevo proyecto de paradas para la Diagonal. En esa avenida coinciden muchas líneas y en las paradas actuales sólo cabe un autobús. Esto supone que, a veces, los vehículos pierdan mucho tiempo esperando a que encochen los que están delante de él. La solución es una "parada doble", explicó un portavoz de la empresa, donde pueden encochar y desencochar dos autobuses al mismo tiempo.

Ayer habían empezado las obras en alguna de esas paradas con resultados espectaculares. En un caso al menos, en la confluencia con Balmes, la parada anterior ya no existía y en su lugar no había ningún tipo de indicador, de modo que los usuarios habituales decidieron esperar en el mismo lugar y los conductores siguieron parando. El resultado fue que todo siguió funcionando como siempre, al margen de la programación de la empresa.

"Es una anomalía que se subsanará en breve", reconoció el portavoz de la empresa, que insistió en la voluntad de mejora por encima de la imprevisión de ayer.

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