San Martín de Valdeiglesias protesta por el mal olor del agua

Los tres partidos con representación municipal en San Martín de Valdeiglesias (PSOE, PP e IU) aprobaron a última hora de ayer una moción sobre el suministro de agua en la que lamentan los desagradables olores del agua que sale de los grifos y piden a la Comunidad de Madrid y al Canal de Isabel II que acometan urgentemente "las inversiones necesarias para que este municipio disfrute de la misma calidad del agua que todos los ciudadanos de la región".

José Luis García, alcalde socialista de este pueblo del suroeste de la región, explica que los "olores insoportables" provienen de la desco...

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Los tres partidos con representación municipal en San Martín de Valdeiglesias (PSOE, PP e IU) aprobaron a última hora de ayer una moción sobre el suministro de agua en la que lamentan los desagradables olores del agua que sale de los grifos y piden a la Comunidad de Madrid y al Canal de Isabel II que acometan urgentemente "las inversiones necesarias para que este municipio disfrute de la misma calidad del agua que todos los ciudadanos de la región".

José Luis García, alcalde socialista de este pueblo del suroeste de la región, explica que los "olores insoportables" provienen de la descomposición de las algas del embalse de San Juan que se produce en verano. Este año la situación se ha agravado debido a que el embalse está por debajo del 40% de su capacidad. El Ayuntamiento también achaca el deficiente estado del agua a los trasvases a otras zonas de Madrid, por lo que insta a la Confederación Hidrográfica del Tajo y al Ministerio de Medio Ambiente a que reduzca el volumen de los mismos.

Otra de las peticiones del Consistorio es que el Canal de Isabel II asuma la gestión del agua de esta localidad de 7.500 habitantes y que efectúe las inversiones necesarias para la construcción de una potabilizadora para San Martín y Pelayos de la Presa, que cuenta con una población superior a los 2.000 vecinos.

El Ayuntamiento afirma que los controles realizados garantizan que el consumo del agua no supone ningún riesgo para la salud de los vecinos. A pesar de ser potable, García explica que la mayor parte de los habitantes del municipio compran garrafas de varios litros por los fuertes olores que salen del grifo.

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