Leyendas y romances en la Alpujarra

Boabdil, el último rey nazarí, eligió como residencia tras su expulsión de la ciudad la villa de Laujar de Andarax, en la que permaneció poco tiempo antes de exiliarse al norte de África. Es en esta localidad donde comienza una ruta que tiene como protagonistas a muchos de los personajes de las leyendas relacionadas con el Rey Chico, el último rey de Granada.

En Andarax, y en muchos otros pueblos de los alrededores, de caminos a las Alpujarras, se cuentan con frecuencia leyendas relacionadas con la muerte de Morayma, la esposa del rey moro, a la que el monarca amó profundamente. Cuando ...

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Boabdil, el último rey nazarí, eligió como residencia tras su expulsión de la ciudad la villa de Laujar de Andarax, en la que permaneció poco tiempo antes de exiliarse al norte de África. Es en esta localidad donde comienza una ruta que tiene como protagonistas a muchos de los personajes de las leyendas relacionadas con el Rey Chico, el último rey de Granada.

En Andarax, y en muchos otros pueblos de los alrededores, de caminos a las Alpujarras, se cuentan con frecuencia leyendas relacionadas con la muerte de Morayma, la esposa del rey moro, a la que el monarca amó profundamente. Cuando esta murió, Boabdil tomó la decisión de marchar a África, y dejó su cuerpo en una sepultura humilde, que no debería de hacer pensar en el enterramiento de una reina.

Estas historias, y muchas otras dominadas por un sentido de la vida empírico y romántico, hizo que durante el siglo XIX fueran muchos los artistas ingleses y alemanes que visitaron la zona en busca de una espiritualidad comparable a la que les concedía oriente.

Uno de aquellos viajeros fue Gerald Brenan, que se instaló en un pueblo de la Alpujarra granadina que vale la pena visitar, Yegen. Fue allí donde escribió Al sur de Granada.

Para alojarse en la zona, la mejor opción es el único hotel que existe en Medina Fondales, un pueblo muy próximo. Pero no debería acabar ahí nuestro camino.

Continuando por el valle del río Trevélez, se puede visitar el nacimiento de las Siete Lagunas, desde donde podemos observar todo un palmeral de pequeñas localidades blancas entre las que se encuentran Bubión, Capileira, Dúrcal y Órgiva, por las que podemos continuar en nuestro descenso, dependiendo del tiempo y las ganas de las que disponga cada uno.

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