AENA establecerá recargos en las tasas a los aviones más ruidosos

Tasas más caras para los aviones más ruidosos. AENA ente público que gestiona los aeropuertos españoles, va a presentar al Ministerio de Economía una propuesta de tarifas para 2007 que establece recargos para los aviones que produzcan más ruido al despegar y aterrizar en los aeródromos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

Los recargos, según fuentes de AENA, pretenden desincentivar el uso de los aparatos que emitan más contaminación acústica, un problema que ha puesto en pie de guerra a los vecinos de los municipios próximos a Barajas desde la apertura de las nuevas rutas hace unos me...

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Tasas más caras para los aviones más ruidosos. AENA ente público que gestiona los aeropuertos españoles, va a presentar al Ministerio de Economía una propuesta de tarifas para 2007 que establece recargos para los aviones que produzcan más ruido al despegar y aterrizar en los aeródromos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

Los recargos, según fuentes de AENA, pretenden desincentivar el uso de los aparatos que emitan más contaminación acústica, un problema que ha puesto en pie de guerra a los vecinos de los municipios próximos a Barajas desde la apertura de las nuevas rutas hace unos meses. Además de penalizar en función de los decibelios que produzca el avión, AENA propone establecer recargos, de manera progresiva en los próximos tres años, también por la franja horaria en que se opere de modo que se pagará aún más si se opera en horario nocturno.

La metodología empleada para el establecimiento del recargo es similar a la aplicada en el aeropuerto de Bruselas y sigue lo dispuesto por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI, organismo de Naciones Unidas) para la clasificación de las aeronaves en función del ruido emitido. La OACI recomienda que sólo se establezcan recargos por ruido "en los aeropuertos que tengan ese problema", que estén diseñados sólo para "recuperar los costos de aliviar o prevenir" el estruendo de los aviones y que no lleguen a niveles que "hagan prohibitivo operar con determinados aviones".

El aeropuerto de la capital belga utiliza para establecer sus precios de despegue y aterrizaje una fórmula donde se multiplica la unidad de tarifa (1,53 euros para 2006) por un factor en función del peso, otro en función del ruido (cuatro categorías) y un cuarto en función de la hora en que se realiza la operación.

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