Violencia en Irak

Karl Rove consigue eludir el juicio por las filtraciones de la CIA

El asesor de Bush se muestra "entusiasmado" con la decisión del fiscal

Karl Rove, la brújula política de George W. Bush desde hace más de diez años, fue informado ayer de que no se presentarán cargos contra él en el marco de la investigación sobre el caso Plame, la filtración a la prensa del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame. El fiscal especial comunicó esa decisión a la Casa Blanca, lo que levantó la losa que aplastaba al hombre que ha llevado al presidente al triunfo en varias campañas electorales.

El arquitecto de la victoria de 2004, en palabras de Bush, mostraba su sonrisa y saludaba a los fotógrafos al conocer su buena suerte. Rove d...

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Karl Rove, la brújula política de George W. Bush desde hace más de diez años, fue informado ayer de que no se presentarán cargos contra él en el marco de la investigación sobre el caso Plame, la filtración a la prensa del nombre de la agente de la CIA Valerie Plame. El fiscal especial comunicó esa decisión a la Casa Blanca, lo que levantó la losa que aplastaba al hombre que ha llevado al presidente al triunfo en varias campañas electorales.

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El arquitecto de la victoria de 2004, en palabras de Bush, mostraba su sonrisa y saludaba a los fotógrafos al conocer su buena suerte. Rove debía salvar su pellejo como fuera y se entregó a su propia y dramática campaña. Tras testificar cinco veces ante el gran jurado, la última en el mes de abril, se especulaba con que no saldría intacto de un escándalo que hizo dimitir a Lewis Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, acusado de obstrucción a la justicia y mentir.

Tras permanecer al lado de Bush desde los días en que el presidente era gobernador de Tejas, Karl Rove sólo hizo que conquistar parcelas de poder dentro de la Casa Blanca. Hasta que estalló el escándalo Plame. A principios de este año, dentro de una amplia remodelación del entorno presidencial, que busca desesperadamente renovar sus mayorías en ambas cámaras del Congreso en las elecciones legislativas del 7 de noviembre, Rove dio un paso atrás y se dedicó tanto a esa tarea como a salvarse él mismo de la investigación del fiscal especial Fitzgerald. Esto último lo lograba ayer.

Reacciones

Una fuente de la Casa Blanca declaró a la agencia Associated Press que Rove estaba "entusiasmado" con la noticia. El abogado de Rove, Robert Luskin, manifestaba en un comunicado que el fiscal Fitzgerald había informado "oficialmente que no presentará cargos". Esto acabará con las especulaciones sobre la conducta de Rove, resumía Luskin.

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Si la imagen de la Administración republicana no está ya bastante dañada, con los índices de aprobación cayendo en picado, la astronómica subida del petróleo y el caos en Irak, la implicación del cerebro de Bush en el escándalo de la agente clandestina Valerie Plame hubiera sido devastadora para el presidente. Rove y la muerte bajo las bombas del hombre de Al Qaeda en Irak, Abu Musab Al Zarqaui, ha dado oxígeno estos días a la Casa Blanca. A Bush le comunicaban la nueva buena sobre su asesor durante su sorpresivo viaje a Irak. "Se acabó", era el sentimiento que ayer desprendía la Casa Blanca.

El escándalo Plame se remonta a 2002, cuando el diplomático Joseph Wilson, marido de la agente encubierta Valerie Plame, aseguró que la Administración de Bush había manipulado información de los servicios de espionaje para justificar el ataque estadounidense y la posterior invasión de Irak. El antiguo portavoz de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, aseguraba a Reuters que el presidente quedaba investido de una "vida mejor y más fuerte". Desde la Fox, el presidente del Partido Republicano sentenciaba: "La verdad es que supongo que ahora reconocerán su error gente como Howard Dean o Harry Reid, que aseguraban que Rove era culpable".

Pero no todos están convencidos de la inocencia de Rove, ni para todos la noticia fue buena. "No debería de estar en la Casa Blanca. Si el presidente valorase más América de lo que valora su complicidad con Karl Rove, Karl Rove debería haber sido despedido hace mucho tiempo", declaró Dean, presidente del Partido Demócrata, en la cadena NBC. "Así que supongo que es una buena noticia para la Casa Blanca, pero no es una buena noticia para América".

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