PATÉ DE CAMPAÑA | El futuro de Cataluña

La inmaculada liberal

La señora Esperanza Aguirre tiene 54 años, lo que quiere decir que su etapa de formación transcurrió en los años del franquismo. La señora Aguirre es de buena familia, y acudió a un buen colegio, como no podía ser menos. Pero en aquellos años parece ser que ni siquiera los buenos colegios eran de fiar. ¿Qué le contarían, por ejemplo, de la Alemania nazi? La señora Aguirre, que completó sus estudios con resultados brillantes, es una persona viajada, con un inglés excelente, y tiene ya edad para haber aprendido lo que no le enseñaron en la escuela. ¿Nunca se ha acercado a Auschwitz? La señora Ag...

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La señora Esperanza Aguirre tiene 54 años, lo que quiere decir que su etapa de formación transcurrió en los años del franquismo. La señora Aguirre es de buena familia, y acudió a un buen colegio, como no podía ser menos. Pero en aquellos años parece ser que ni siquiera los buenos colegios eran de fiar. ¿Qué le contarían, por ejemplo, de la Alemania nazi? La señora Aguirre, que completó sus estudios con resultados brillantes, es una persona viajada, con un inglés excelente, y tiene ya edad para haber aprendido lo que no le enseñaron en la escuela. ¿Nunca se ha acercado a Auschwitz? La señora Aguirre dijo en Lleida, con el desparpajo que la distingue, que "a los militantes del PP se les trata en Cataluña como a los judíos en la Alemania nazi". Si la señora Aguirre supiera cómo se trataba a los judíos en la Alemania nazi nunca hubiera viajado a Lleida porque el tren la habría conducido al andén en el que se separaba a los que iban a los crematorios y a los que iban a trabajos forzados.

Pero la señora Aguirre no sólo estaba desinformada sobre los amigos del antiguo régimen, sino también de los enemigos. Supongo que hay que atribuirlo al estribillo ideológico del momento: la conspiración comunista y judeomasónica. Para la señora Aguirre, por lo visto, todos los que no son derechas son iguales. Y así, según la presidenta madrileña, Zapatero debe pedir perdón a los españoles por el Gulag. La señora Aguirre, poco dada a los matices, no distingue entre un socialista y un comunista. Ni le interesa. El PP hace tiempo que ha optado por la brocha gorda. Y la señora Aguirre se pone en línea con Acebes en vez de defender los matices que separan a un liberal de un conservador autoritario. Habiendo recibido tan confusa formación sobre el mundo, no es extraño que la señora Aguirre ponga cara de inmaculada liberal cuando alguien recuerda a la derecha que nunca ha pedido perdón por el franquismo.

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