Entran en servicio 12 líneas de autobús que suplen al metro las noches de fin de semana

La red es una réplica casi exacta de la subterránea, pero al hacer transbordo se pagará dos veces

Madrid tiene desde anoche una nueva especie de animal nocturno: los metrobúhos. Así ha denominado la Comunidad a las 12 líneas de autobús que funcionarán las noches de los viernes, sábados y vísperas de festivos para suplir el cierre del metro. Las nuevas líneas tendrán -salvo excepciones- idéntico trazado que sus equivalentes en la red del subterráneo, y la frecuencia de paso será de 15 minutos. Las tarifas serán las mismas que las del metro, con la diferencia de que, si se quiere hacer trasbordo entre dos líneas, habrá que picar el billete dos veces. La Consejería de Transportes calcu...

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Madrid tiene desde anoche una nueva especie de animal nocturno: los metrobúhos. Así ha denominado la Comunidad a las 12 líneas de autobús que funcionarán las noches de los viernes, sábados y vísperas de festivos para suplir el cierre del metro. Las nuevas líneas tendrán -salvo excepciones- idéntico trazado que sus equivalentes en la red del subterráneo, y la frecuencia de paso será de 15 minutos. Las tarifas serán las mismas que las del metro, con la diferencia de que, si se quiere hacer trasbordo entre dos líneas, habrá que picar el billete dos veces. La Consejería de Transportes calcula que 50.000 personas utilizarán el nuevo servicio cada fin de semana. Las 24 líneas de búhos que salen de la plaza de Cibeles se mantienen.

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La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, prometió en campaña electoral abrir el metro las 24 horas durante los fines de semana, pero tras dos años de negociaciones con los sindicatos -que rechazaban la medida por motivos laborales- tuvo que renunciar a su compromiso. Para compensar, la consejera de Transportes, María Dolores de Cospedal, anunció hace un año que crearía una red de autobuses nocturnos, como los actuales búhos, pero con una característica especial: reproducirían exactamente la red de metro. Por fin, el servicio entró en funcionamiento anoche.

Las líneas son 12; cada una, una copia casi exacta de las 11 de la red de metro más la de Metrosur. Así, por ejemplo, el metrobúho L1 cubre el trayecto Plaza de Castilla-Congosto, y sus paradas están situadas, en superficie, "justo al lado" de las estaciones de la línea 1 de metro, según explicó una portavoz de Transportes.

Sin embargo, en los tablones informativos el trazado está señalado con los nombres de las calles por las que discurre el autobús, no con los nombres de las estaciones del metro. Y este periódico pudo comprobar ayer que algunas paradas no coinciden con las bocas de metro: la de Banco de España está situada bastantes metros más allá, en el paseo de Recoletos, 2. "Es una excepción", aseguró la portavoz.

Hay otras excepciones: en Sol concurren cuatro líneas de metro, pero allí no llegará ningún metrobúho hasta que terminen las obras de la macroestación de cercanías que realiza el Ministerio de Fomento. Tampoco pararán en la plaza de Lavapiés -sí en calles aledañas-, por el mismo motivo: las obras (en este caso, de reforma de la red de metro). Además, la L7 termina en Lacoma (no llega a Pitis), la L9 finaliza en Puerta de Arganda (a partir de ahí debe tomarse un autobús interurbano hasta Arganda del Rey) y la L10 termina en Cuatro Vientos (no llega a Puerta del Sur). Por último, desaparece de la red de metrobúhos el ramal Ópera-Príncipe Pío.

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Frecuencia de paso

La frecuencia de paso de los autobuses es cada 15 minutos, salvo en el caso de la línea L11 (Plaza Elíptica-Pan Bendito), donde es de 20 minutos. El horario también varía: algunas de las líneas comienzan a funcionar a la una menos cuarto de la madrugada, y otras a la una, a la una y cuarto, a la una y media o a las dos menos cuarto (ver gráfico). El último autobús sale, en todas, a las 5.45, poco antes de que vuelvan a abrir las puertas del metro.

Los títulos de transporte -billete sencillo, metrobús de diez viajes, abonos transporte- son los mismos que valen para las líneas ordinarias de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) o el suburbano, y con idéntico precio. Pero hay una diferencia: si el viajero quiere cambiar de línea haciendo transbordo a otra en una parada común, tendrá que picar el billete dos veces (o tres, una por cada autobús), cosa que no sucede en el metro. "La mayoría de la gente no lo va a notar, porque los usuarios de los búhos son sobre todo jóvenes que usan abono transportes", argumenta la portavoz de la consejería.

Las 24 líneas de autobuses nocturnos (búhos) que tienen su cabecera y final en la plaza de Cibeles se mantienen como hasta ahora: con los mismos recorridos, horarios y con una frecuencia de paso de unos 30 minutos. Los búhos son utilizados cada fin de semana por unas 50.000 personas; el Gobierno regional calcula que las nuevas líneas de metrobúhos tendrán parecida demanda. Así que, en total, cerca de 100.000 personas podrán volver a casa durante la noche sin tener que usar el coche privado.

Las paradas de los metrobúhos están señalizadas -en las marquesinas de la EMT si las hay, y si no en postes- con el dibujo de un búho amarillo junto al logotipo de Metro, según Transportes.

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