Kadima y los laboristas firman un acuerdo de gobierno en Israel

Tel Aviv y Estocolmo, enfrentados por unas maniobras militares

Después de tres semanas de negociaciones, altibajos y presiones, el primer ministro en funciones de Israel y dirigente de Kadima, Ehud Olmert, firmó anoche con el líder laborista, Amir Peretz, el acuerdo para una coalición de gobierno. Olmert pretende que sea estable y cumpla los cuatro años de legislatura, todo un reto en un Parlamento tan dividido.

Los dos partidos serán la base de la coalición, que contará también con los ultraortodoxos (Shas y Unión de la Torá) y el sorprendente Partido de los Jubilados, que ha decidido integrarse en la facción parlamentaria de Kadima. Olmert salió ...

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Después de tres semanas de negociaciones, altibajos y presiones, el primer ministro en funciones de Israel y dirigente de Kadima, Ehud Olmert, firmó anoche con el líder laborista, Amir Peretz, el acuerdo para una coalición de gobierno. Olmert pretende que sea estable y cumpla los cuatro años de legislatura, todo un reto en un Parlamento tan dividido.

Los dos partidos serán la base de la coalición, que contará también con los ultraortodoxos (Shas y Unión de la Torá) y el sorprendente Partido de los Jubilados, que ha decidido integrarse en la facción parlamentaria de Kadima. Olmert salió ayer al paso de las críticas tras la decisión de nombrar como ministro de Defensa a Peretz, un sindicalista sin experiencia militar. "Estoy seguro de que lo hará bien. Confío en su sentido de la responsabilidad", dijo. Por si sus palabras no eran suficientemente convincentes, Olmert aclaró: "En cualquier caso, la última palabra la tendré yo".

Olmert viajará el 23 de mayo a Washington, en la que será su primera salida como jefe del Gobierno para entrevistarse con el presidente de EE UU, George W. Bush. Donde no tiene previsto viajar es a Suecia, país que ayer provocó las iras del Gobierno israelí. El Ministerio de Exteriores llamó a consultas al embajador sueco en Tel Aviv, Robert Rydberg, ante una posible invitación de Estocolmo a miembros del Gobierno palestino, en manos de Hamás.

El detonante que ha provocado el enrarecimiento de las relaciones ha sido la decisión de Suecia de no participar en unas maniobras militares conjuntas en Sicilia como protesta por la presencia israelí. "Estas maniobras fueron organizadas para fuerzas que supervisan la paz e Israel no ejerce ninguna actividad en este sentido de momento", dijeron portavoces suecos. "Quien rechaza a Israel, se rechaza a sí mismo en la participación del proceso de paz", respondió ayer el director general de Exteriores, Ron Proshor.

"Nuestra posición es técnica, no política. Israel no participa en ninguna misión de paz en el mundo, por lo que nosotros no tenemos por qué colaborar con ellos en unas maniobras militares que tienen esta finalidad", justificó Rydberg.

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