Holanda prorroga la prisión del detenido en un avión de Iberia

La defensa del español niega que amenazara con un atentado

La justicia holandesa ha prolongado durante dos semanas la prisión preventiva del pasajero español que supuestamente amenazó el pasado viernes con hacer estallar el avión de Iberia entre Amsterdam y Madrid. Según la defensa, todo sería producto de una confusión verbal. El piloto, sin embargo, emprendió el regreso a Holanda por considerar factible la amenaza de bomba, y ante la negativa del pasajero a colaborar.

El detenido, según su abogado defensor, habría dicho "allá vamos" al despegar, y su vecina de asiento interpretó dicha frase coloquial como un "vamos a volar por los aires".
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La justicia holandesa ha prolongado durante dos semanas la prisión preventiva del pasajero español que supuestamente amenazó el pasado viernes con hacer estallar el avión de Iberia entre Amsterdam y Madrid. Según la defensa, todo sería producto de una confusión verbal. El piloto, sin embargo, emprendió el regreso a Holanda por considerar factible la amenaza de bomba, y ante la negativa del pasajero a colaborar.

El detenido, según su abogado defensor, habría dicho "allá vamos" al despegar, y su vecina de asiento interpretó dicha frase coloquial como un "vamos a volar por los aires".

A la vista de la prolongación de la cárcel preventiva, los abogados españoles del pasajero -que cuenta también con un letrado holandés- prefieren no hablar del caso. Identificado como Rafael Lasfuentes Villar, de 32 años, y jefe de ventas de la empresa soriana Señalizaciones Villar, la defensa holandesa mantuvo el lunes la tesis de un malentendido ante el tribunal de Haarlem, partido judicial al que pertenece el aeropuerto de Amsterdam-Schiphol.

Para hacerse una composición de lo ocurrido a bordo, el juez requerirá presumiblemente durante las dos semanas de prisión estipuladas la presencia de otros testigos. También practicará pruebas complementarias que aclaren los hechos.

Lasfuentes ya prestó el lunes declaración durante dos horas. Fuentes diplomáticas españolas en Holanda confían en que el asunto, que califican de delicado, se resuelva pronto.

El detenido regresaba a Madrid de una feria de seguridad vial celebrada en Amsterdam. Sentado en las últimas filas del aparato, un Airbus 320 de Iberia, a su lado iban otras dos pasajeras. La que oyó la supuesta amenaza dejó su asiento en pleno despegue para alertar a uno de los cuatro auxiliares de vuelo a bordo ese día. El resto de avión ignoraba lo que estaba pasando. "La pasajera relató que le había oído decir que el aparato estallaría en pocos minutos. Luego se acercó otra viajera, que la conocía bien. Respondió por ella y aseguró que no podía haberse inventado algo así. Entonces el auxiliar de vuelo habló con el sujeto en cuestión y subrayó la gravedad de sus palabras. También le recordó que en situaciones similares podía acabar interviniendo la policía", declaró ayer a este periódico en conversación telefónica el copiloto del avión.

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"El pasajero llegó a decir que no le importaba si acudían los agentes. También daba respuestas erráticas sobre si iba solo o acompañado", añade. Ante las dudas levantadas por esta actitud, fue informado el piloto. La decisión de dar la vuelta se tomó porque la amenaza de estallido del avión le pareció creíble y para evitar el pánico entre los pasajeros. "Imagínese que seguimos volando y corre la voz de algo parecido. El peligro a bordo hubiera sido tremendo, y con razón". El copiloto añade que la colaboración de los controladores aéreos holandeses fue plena. Obtuvieron una frecuencia de radio sólo para ellos y pudieron aterrizar en una zona apartada del aeropuerto. "Los protocolos de emergencia en estos casos funcionaron a la perfección".

En Señalizaciones Villar, la empresa familiar donde trabaja Lasfuentes, no se explican lo ocurrido. Su portavoz repetía ayer desde Soria que los padres esperan que haya habido un error y todo acabe pronto. Sin embargo, según la pasajera que viajaba junto a Rafael, la exclamación no dejaba lugar a dudas: "El avión estallará en pocos minutos". Acostumbrada a volar a menudo, también acompañada de niños, la mujer trabaja en Holanda. "Lo más sorprendente fue la actitud del pasajero cuando le preguntó el azafato qué había pasado. No quería dejar su bolsa de mano para que la revisaran y contestaba incoherencias Los colegas que visitaron con él la feria de Amsterdam decían que era un chico muy normal, de Soria. Pero la imagen que dio no era esa", asegura la segunda pasajera.

Según fuentes jurídicas holandesas, de no tratarse de un malentendido, poco afortunado por la alarma social creada además de por las lesiones sufridas por otros pasajeros durante la evacuación de emergencia, cabría la imposición de una multa.

En el momento de salir por las rampas hinchables de las puertas de emergencia, los pasajeros que iban en la parte de atrás mostraron un gran nerviosismo. Otros no supieron de la peripecia hasta llegar a la terminal del aeropuerto.

La policía holandesa detiene al pasajero español debajo del ala izquierda del avión, el pasado viernes en Amsterdam.AP

El copiloto sale primero

La imagen del copiloto del vuelo de Iberia Amsterdam-Madrid abandonando el primero la nave sorprendió a algunos pasajeros. "Es natural. Los protocolos de evacuación prescriben que bajemos a tierra en primer lugar para ayudar desde allí a los viajeros. Tenemos que salir con el uniforme completo, hasta con la gorra", decía ayer el copiloto del Airbus de Iberia.

Los comentarios de algunos viajeros, que desconocían estas normas, le han valido las bromas de sus colegas. Pero él quiere aclarar la situación para evitar resquemores. "Hay que pensar que no es habitual evacuar un avión con 156 pasajeros a bordo sin accidentes. En nuestro caso, la tripulación de cabina se portó admirablemente. Lo mismo que el comandante", añade. El comandante, como en cualquier nave, sí es el último en dejarla.

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