Hallados 30 cuerpos decapitados al norte de la capital iraquí

Mueren 18 milicianos chiíes al impedir la entrada de soldados de EE UU en un templo

Las fuerzas de seguridad iraquíes encontraron ayer 30 cuerpos, la mayoría decapitados, en la calle principal de la aldea de Nulla Ead, próxima a la ciudad de Baquba, a 65 kilómetros al norte de Bagdad. Se trata de una zona mixta, en la que viven chiíes y suníes, y que ha sido campo de batalla de la guerra soterrada que mantienen milicias de ambas comunidades desde el 22 de febrero, cuando una bomba destruyó parte de la mezquita dorada de Samarra.

Este crimen sigue el patrón de las ejecuciones realizadas por los escuadrones de la muerte, que en las últimas semanas han sembrado Irak de ca...

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Las fuerzas de seguridad iraquíes encontraron ayer 30 cuerpos, la mayoría decapitados, en la calle principal de la aldea de Nulla Ead, próxima a la ciudad de Baquba, a 65 kilómetros al norte de Bagdad. Se trata de una zona mixta, en la que viven chiíes y suníes, y que ha sido campo de batalla de la guerra soterrada que mantienen milicias de ambas comunidades desde el 22 de febrero, cuando una bomba destruyó parte de la mezquita dorada de Samarra.

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Este crimen sigue el patrón de las ejecuciones realizadas por los escuadrones de la muerte, que en las últimas semanas han sembrado Irak de cadáveres. La policía informó de que muchos de los cuerpos hallados cerca de Baquba presentaban orificios de bala, por lo que la decapitación pudo ser posterior. Ninguno portaba documentación. Este tipo de violencia sectaria, que se ha convertido en un serio problema para Irak, ha llevado a algunos políticos, como el ex primer ministro, el chií laico Ayad Alaui, a hablar de guerra civil.

En Bagdad, la única ciudad iraquí en la que se dispone de estadísticas, el número de asesinatos diarios se ha triplicado, según fuentes de la morgue citadas ayer por The New York Times. Desde el 7 de marzo se han hallado 191 cuerpos en la capital con evidencias de haber sido ejecutados.

En un reconocimiento poco usual fuentes del Ministerio del Interior iraquí admitieron ayer la detención del comandante de policía Arkan al Bawi, acusado de dirigir un escuadrón de la muerte en la provincia de Diyala (de la Baquba es capital). Bawi fue arrestado tras mantener una reunión con el ministro en Bagdad. Los sunitas acusan al Gobierno transitorio encabezado por el primer ministro Ibrahim al Yafari, un chií moderado, de impulsar los escuadrones, lo que el Gobierno niega.

Los dos principales partidos políticos chiíes, ambos en el Gobierno transitorio, la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica Iraquí y Al Dawa, disponen de milicias armadas desde la etapa de Sadam Husein. Aunque en teoría la milicia Badr y las células de Dawa fueron disueltas, muchos creen que siguen activas. Además, muchos de sus miembros se alistaron en la Policía y el Ejército.

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Ayer, fuerzas estadounidenses informaron del hallazgo en Bagdad de un búnker secreto perteneciente al Ministerio del Interior en el que estaban recluidos 17 extranjeros. Cuarenta personas han sido detenidas en este caso.

No fue el único incidente del día. Al menos 18 iraquíes perdieron la vida en el barrio de Ur, al norte de la capital, cuando tropas norteamericanas abrieron fuego contra miembros del Ejército del Mahdi, la milicia del clérigo chií Múqtada al Sáder, el más crítico con la presencia de tropas extranjeras. El enfrentamiento se produjo cuando los milicianos trataron de impedir el paso de las tropas al interior de una mezquita. Según un asesor del clérigo Al Sáder, los muertos eran fieles desarmados.

Mientras, en EE UU, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se mantiene optimista. Ayer dijo a la cadena NBC: "Creo que es completamente probable que veamos una reducción significante" del número de tropas estadounidenses en Irak en el curso del año próximo. Después precisó que la decisión dependerá de las condiciones sobre el terreno y de las recomendaciones de los jefes militares norteamericanos.

Este mensaje optimista de Rice coincide con el lanzado la semana pasada por el presidente George W. Bush y por el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, ambos en campaña informativa para defender la decisión de acudir a la guerra contra Sadam Husein, aunque se demostrara que las razones (la existencia de armas de destrucción masiva) eran erróneas. Tanto Bush como Rumsfeld evitaron poner una fecha a la eventual retirada de Irak, pero ambos admitieron la posibilidad de que pasen años. Bush llegó a decir que decisión la tomará su sucesor.

Una mujer pasa delante de los restos de una casa en Bagdad tras la explosión ayer de una bomba.ASSOCIATED PRESS

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