40.000 menores corren el riesgo de quedar enganchados al 'cannabis'

El consumo frecuente de la droga causa psicosis y bajo rendimiento

Los consumidores habituales de cannabis (los que fuman más de tres cigarrillos al mes, según el Plan Nacional sobre Drogas) corren riesgos graves de sufrir una dependencia, y ponen en riesgo su salud física y mental. De ellos, hasta un 10% podría desarrollar una adicción a esta sustancia. Aplicado este cálculo a los fumadores de riesgo menores de 19 años (unos 400.000), el plan calcula que 40.000 pueden convertirse en adictos.

El trabajo se centra en los jóvenes de 14 a 18 años, que tienen mayor riesgo de sufrir efectos permanentes por el consumo de cannabis, explicó ayer ...

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Los consumidores habituales de cannabis (los que fuman más de tres cigarrillos al mes, según el Plan Nacional sobre Drogas) corren riesgos graves de sufrir una dependencia, y ponen en riesgo su salud física y mental. De ellos, hasta un 10% podría desarrollar una adicción a esta sustancia. Aplicado este cálculo a los fumadores de riesgo menores de 19 años (unos 400.000), el plan calcula que 40.000 pueden convertirse en adictos.

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El trabajo se centra en los jóvenes de 14 a 18 años, que tienen mayor riesgo de sufrir efectos permanentes por el consumo de cannabis, explicó ayer la ministra de Sanidad, Elena Salgado. Además, en este grupo de edades el consumo de esta sustancia adictiva se ha duplicado en 10 años, pasando del 18,2% de 1994 al 36,6% de 2004.

En total, se calcula que un 16% de los 2,5 millones de jóvenes entre los 14 y los 18 años (los datos del censo de 2001 dan la cifra de 2,36 millones) son consumidores habituales de marihuana o hachís (fuman al menos tres porros al mes). Ello arroja un total de casi 400.000 personas, de las que hasta un 10% podría desarrollar un síndrome de dependencia y afrontar importantes secuelas [ver gráfico]. A ellos hay que sumar otros 300.000 que prueban la droga, de los que otro 10% podría estar en peligro, según el Plan Nacional sobre Drogas. Ello que podría elevar la cifra de adictos hasta los 70.000.

"Una de las novedades de este estudio, que ha resumido más de 150 trabajos anteriores, es que resuelve uno de los debates sobre el peligro del cannabis: si se trata de causa o consecuencia de los trastornos psiquiátricos. Cada vez está más claro que su uso está en el origen de los trastornos psiquiátricos que padecen los consumidores, y no al revés", afirmó la secretaria del Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya.

En concreto, el riesgo de padecer psicosis (una enfermedad que se manifiesta mediante trastornos en la consciencia y que puede ser muy incapacitante) se triplica con el consumo de cannabis, según el estudio. Del trabajo también se deduce una relación con el fracaso escolar. Moya apunta que "repiten más los alumnos que consumen más droga, y no al revés".

Propaganda en Internet

La solución a este problema no es fácil, indicó Salgado. El aumento del consumo ha ido en paralelo a una disminución de la sensación de riesgo. Como ejemplo, la ministra señaló que un 62% de las páginas de Internet que tratan sobre el cannabis lo reflejan como algo positivo. En 2003, más de ocho millones de mayores de 15 años afirmaron que lo habían probado alguna vez.

El trabajo hace hincapié en los efectos del uso habitual de cannabis como la mejor medida para disuadir de su consumo. Los hay inmediatos y crónicos, psicológicos y orgánicos. Entre ellos destacan, a corto plazo, la alteración de la memoria, las dificultades de concentración, la euforia seguida de somnolencia y el peligro para la conducción (en Francia se ha encontrado que los consumidores de cannabis tienen el triple de accidentes con víctimas mortales). También se han dado casos de psicosis, delirio y trastornos de personalidad.

Además, el cannabis aumenta la frecuencia cardiaca y produce hipertensión, tiene un efecto broncodilatador que aumenta el daño cuando se fuma mezclado con tabaco, altera el sistema inmunológico y reduce el peso de los bebés. Un 10% de las personas admitidas a tratamientos en hospitales, un 23% de las urgencias y un 20% de los fallecimientos relacionados con el consumo de drogas tenían que ver con el cannabis, aunque no haya sido causa directa de muerte.

Para mostrar su voluntad de informar, el estudio no deja al margen los usos terapéuticos de los derivados sintéticos de los cannabinoides para tratar las náuseas y vómitos en personas con cáncer, la pérdida de apetito en enfermos de sida o el dolor neuropático en los pacientes con esclerosis múltiple.

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