Columna

Las dos Barcelonas

Pasear por Ciutat Vella es palpar las dos Barcelonas que se han forjado sin apenas darnos cuenta: la Barcelona de la pobreza, el paro, la inmigración y la soledad, y la Barcelona de las tiendas de moda, de los bares y los restaurantes de la gente con posibilidad de consumir. La Barcelona pobre y la Barcelona de diseño.

Una Barcelona se queda en el barrio para seguir malviviendo y la otra se va hacia sus barrios más habitables cuando cierran los establecimientos. Durante el día apenas existe contacto entre las dos comunidades. Es un problema irresoluble en los barrios con altos índice de...

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Pasear por Ciutat Vella es palpar las dos Barcelonas que se han forjado sin apenas darnos cuenta: la Barcelona de la pobreza, el paro, la inmigración y la soledad, y la Barcelona de las tiendas de moda, de los bares y los restaurantes de la gente con posibilidad de consumir. La Barcelona pobre y la Barcelona de diseño.

Una Barcelona se queda en el barrio para seguir malviviendo y la otra se va hacia sus barrios más habitables cuando cierran los establecimientos. Durante el día apenas existe contacto entre las dos comunidades. Es un problema irresoluble en los barrios con altos índice de inmigración.

En la propia ciudad hay fronteras. La Barcelona de la pobreza, el paro, la inmigración y la soledad tiene delimitadas sus zonas. Sólo los niños la atraviesan. Hay que preguntarse qué asimilan en sus correrías. Si en su memoria de adultos quedarán de su tiempo de niños sueños o frustraciones.

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