Coyuntura agraria

El campo ha recibido de la UE 93.000 millones desde 1986

El próximo 1 de marzo se cumplen 20 años del ingreso en la PAC

El sector agrario español ha recibido de Bruselas 93.117 millones de euros desde que se integró en la Política Agrícola Común (PAC), el 1 de marzo de 1986. De esa cifra la mayor parte, 82.731 millones corresponden a ayudas procedentes del Fondo Europeo de Garantía Agrícola (FEOGA) relacionadas con la política de los mercados, mientras las ayudas de orientación ascendieron a 10.386 millones de euros.

España es el segundo país receptor de fondos con una media de 6.600 millones de euros anuales, solamente por detrás de Francia en este periodo. España ingresó en la Unión Europea (UE) hace 2...

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El sector agrario español ha recibido de Bruselas 93.117 millones de euros desde que se integró en la Política Agrícola Común (PAC), el 1 de marzo de 1986. De esa cifra la mayor parte, 82.731 millones corresponden a ayudas procedentes del Fondo Europeo de Garantía Agrícola (FEOGA) relacionadas con la política de los mercados, mientras las ayudas de orientación ascendieron a 10.386 millones de euros.

España es el segundo país receptor de fondos con una media de 6.600 millones de euros anuales, solamente por detrás de Francia en este periodo. España ingresó en la Unión Europea (UE) hace 20 años y el sector agrario fue en parte el chivo expiatorio de las negociaciones ante el miedo de otros países al potencial agrícola español. Consecuencia de ello, la integración del sector agrario en la Política Agrícola Común (PAC) se hizo con un periodo transitorio de 7 y 10 años para las producciones más importantes.

La incorporación a la PAC supuso asumir nuevas reglas de juego, que además estaban sujetas a cambios constantes. De un sistema de precios agrarios negociados cada año que suponían una especie de convenio para el sector, se pasó a prácticamente la supresión de esos mecanismos de soporte de rentas; a la progresiva eliminación de los sistemas de intervención y al establecimiento de cupos y cuotas en la mayor parte de los casos por debajo de las posibilidades de producción, como en el caso de la remolacha, la leche o el vacuno. Ello supuso recortar potenciales productivos y pagar penalizaciones que no han soportado otros países.

La PAC sufrió una primera gran reforma en 1992 por la que se inició el proceso de recortes de precios y el establecimiento de ayudas compensatorias. Esa política se consolidó en la Agenda 2000 en 1999. Estos cambios tuvieron como consecuencia menos ingresos por precios y más por ayudas directas para las explotaciones. En 1992, las ayudas directas suponían aproximadamente el 12% de los ingresos de una explotación. Hoy suponen una media del 25% y, en algunos casos, pueden llegar hasta el 40%.

La reforma de la PAC en 2003 fue un cambio radical en las reglas de juego con la adjudicación a cada agricultor o ganadero de unos derechos de ayuda en función de las subvenciones recibidas en las campañas de 2000 a 2002, al margen de sus producciones reales futuras.

En líneas generales, el sector agrario español supo adaptarse a estas nuevas exigencias. Sectores que entraron con problemas como porcino o avicultura, hoy se hallan a la cabeza de las producciones comunitarias. Frutas y hortalizas se mantienen en una posición de liderazgo, el olivar fue claramente beneficiado, mientras la peor parte la han sufrido y sufrirán las producciones continentales como los herbáceos, la leche y la remolacha, tras la nueva reforma de la Organización Común del Mercado (OCM).

Una explotación agraria en Ávila en una imagen de archivo.RAÚL CANCIO

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