La Generalitat de Pujol encargó un centenar de sondeos para orientar el futuro de CiU

El Gobierno realizaba encuestas electorales sobre corrupción o la imagen del presidente

El anterior Ejecutivo catalán de Convergència i Unió (CiU) encargó y pagó con fondos públicos, de 1983 a 1997, más de 140 encuestas con el objetivo de planificar su acción de Gobierno y perpetuarse al frente de la Generalitat. Los sondeos abarcan todos los aspectos sociales, pero abundan los de carácter electoral -por ejemplo, la manera de arrebatar a los socialistas la alcaldía de Barcelona-, cómo afrontar los pactos con el Gobierno central y la forma de mejorar la imagen del entonces presidente Jordi Pujol. Hay otro paquete de sondeos y estudios para conseguir que el ideario nacionalista pen...

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El anterior Ejecutivo catalán de Convergència i Unió (CiU) encargó y pagó con fondos públicos, de 1983 a 1997, más de 140 encuestas con el objetivo de planificar su acción de Gobierno y perpetuarse al frente de la Generalitat. Los sondeos abarcan todos los aspectos sociales, pero abundan los de carácter electoral -por ejemplo, la manera de arrebatar a los socialistas la alcaldía de Barcelona-, cómo afrontar los pactos con el Gobierno central y la forma de mejorar la imagen del entonces presidente Jordi Pujol. Hay otro paquete de sondeos y estudios para conseguir que el ideario nacionalista penetre en todas las capas sociales, principalmente entre los inmigrantes.

Los Gobiernos de Pujol tenían a su alcance, gracias a estos sondeos, una radiografía completa de la sociedad catalana: su comportamiento electoral, hábitos ciudadanos, adscripción ideológica, simpatía con el nacionalismo, opinión sobre la acción del Gobierno, su presidente y consejeros, e incluso de los pactos electorales de CiU. Hasta el punto de que el Ejecutivo de CiU tomaba la mayoría de decisiones a golpe de encuesta.

Los sondeos, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, empezaron a realizarse a partir de 1983 y fueron incrementándose poco a poco hasta 1997. En 1995, por ejemplo, el Gobierno catalán encargó 10 sondeos electorales -uno por mes- acerca de la intención de voto en las elecciones municipales y en las autonómicas y sobre cómo podía afectar a la federación nacionalista su colaboración con el Gobierno del PSOE, presidido por Felipe González, inmerso diversos conflictos. A los ciudadanos se les preguntaba si eran partidarios de romper los acuerdos CiU-PSOE, qué influencia tenían para Cataluña y España, si CiU debía pactar con el PP en caso de que ganara las siguientes elecciones, o sobre la conveniencia de celebrar el mismo día comicios generales y autonómicos.

Destacan, sobre todo, las encuestas destinadas a arrebatar al Partit dels Socialistes (PSC)la alcaldía de Barcelona. Los sondeos y estudios de principios de 1995 son repetitivos sobre la intención de voto al entonces candidato Miquel Roca, con recomendaciones sobre cómo enfocar su discurso político y programa electoral. De este modo se le recomendó insistir en sus denuncias sobre la inseguridad y el vandalismo, la marginación social y la suciedad.

Pujol, a través del consejero de Presidencia, Xavier Trias, encargó estudios de todo tipo. Cada vez que el presidente catalán era entrevistado en televisión se contrataba una encuesta (TVE, TV-3 o Antena 3 en 1990) o cuando realizaba un viaje al extranjero (febrero de 1990 a Estados Unidos y en mayo a Japón). Los sondeos sobre estos viajes son de 3.364 entrevistas, algo inusual para este tipo de encuestas. También se pagó otro sondeo sobre la influencia del mensaje de fin de año de diciembre de 1990. Incluso, cuando el presidente realizaba alguna declaración polémica se encargaba un análisis. Este fue el caso de unas afirmaciones en enero de 1990 en las que reclamó un mayor grado de autonomía para Cataluña. Se realizaron 4.250 entrevistas en toda España sobre el grado de apoyo a Pujol en distintas comunidades autónomas.

Hay otro paquete de sondeos acerca de la estrategia de penetración del ideario nacionalista en la sociedad, sobre todo entre los jóvenes, y especialmente en las áreas metropolitanas, de mayor población inmigrante. Por ejemplo, se preguntaba a la gente si asistía a ballades de sardanas, a exhibiciones castelleras o, por el contrario, acudían a la Feria de Abril de Santa Coloma de Gramenet.

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Otros sondeos son, por ejemplo, sobre el caso Juan Guerra, la dimisión del consejero Josep Maria Cullell por un escándalo de corrupción o la fusión de cajas de ahorro en Cataluña.

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