El Ayuntamiento reforma la red de estaciones para medir la polución

Gallardón proyecta un plan para dificultar el uso del coche y fomentar las energías limpias

El Ministerio de Medio Ambiente ha señalado a Madrid como una de las ciudades más contaminadas de España, sobre todo por partículas en suspensión. Este año el problema ha aumentado por la falta de lluvia y viento, además de por las numerosas obras que hay en la ciudad, sobre todo la remodelación de la M-30.

El tráfico es, sin embargo, el mayor problema, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, quiere dificultar el uso del vehículo privado. Aparcar cada vez será más difícil y más caro. A cambio, el Ayuntamiento dice que mejorará el transporte público e incentivará el uso de energías no cont...

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El Ministerio de Medio Ambiente ha señalado a Madrid como una de las ciudades más contaminadas de España, sobre todo por partículas en suspensión. Este año el problema ha aumentado por la falta de lluvia y viento, además de por las numerosas obras que hay en la ciudad, sobre todo la remodelación de la M-30.

El tráfico es, sin embargo, el mayor problema, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, quiere dificultar el uso del vehículo privado. Aparcar cada vez será más difícil y más caro. A cambio, el Ayuntamiento dice que mejorará el transporte público e incentivará el uso de energías no contaminantes.

La Estrategia Local de Calidad del Aire 2006-2010 recoge en 300 páginas propuestas para mejorar la atmósfera y cumplir con las normativas europeas. A ello se destinarán 502 millones de euros. Los plazos de estas iniciativas y las partidas presupuestarias e incluso cómo se ejecutarán algunas propuestas aparecen en el plan sin concretar. "Ésta es una estrategia que indica cómo debemos de actuar", señaló ayer la concejal de Medio Ambiente, Paz González. "A partir de este documento seguiremos trabajando".

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Para medir la eficacia del plan, entre otras, Gallardón remodelará toda la red de estaciones medidoras, de forma que haya estaciones encargadas de vigilar cada elemento contaminante. En la actualidad el Ayuntamiento hace un promedio de todas las estaciones para establecer los niveles de contaminación en la ciudad. El Ministerio de Medio Ambiente ha rebatido este sistema y asegura que cada vez que una estación supera el límite de los contaminantes, debe considerarse una señal de alarma.

De las pocas cosas en las que Paz González se pronunció de manera rotunda fue en afirmar que el Ayuntamiento no impondrá peaje a los vehículos que quieran entrar al centro de Madrid. Ésta fue una propuesta lanzada por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ante el grave problema de contaminación que sufre Madrid.

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"Ésa es la propuesta de otro partido, no la nuestra. El peaje es discriminatorio. Preferimos otras medidas como el fomento del transporte público y la ampliación de las zonas de aparcamientos restringido", señaló González.

El acelerador regulado por GPS

A más velocidad, más contaminación. O lo que es lo mismo, la velocidad contamina. Y para reducir los niveles de polución, el Ayuntamiento de Madrid pretende acudir a la tecnología GPS. El Consistorio trabaja en un proyecto denominado Prosper que actúa como "elemento sancionador y pedagógico".

Se trata de un dispositivo que limita la velocidad, vía satélite, y que impide superar los límites establecidos en las vías urbanas. Se estudia su instalación en los vehículos cuyos conductores hayan infringido los límites de seguridad y hayan sido multados en varias ocasiones por ello.

El dispositivo instalado en el coche es una caja-registro informatizada conectada a un sistema GPS. A su vez, está conectado con el motor y unido al cable tensor del pedal del acelerador. Si el conductor supera la velocidad permitida, se bloquea paulatinamente la aceleración hasta conseguir la intensidad reglamentaria.

Según la información facilitada por el Ayuntamiento, este sistema lleva además un pequeño monitor instalado en el salpicadero del vehículo que lanza una señal acústica y visual que avisa del exceso de velocidad.

El dispositivo y su instalación cuestan unos 1.000 euros. El Ayuntamiento no explica quién pagará esta cantidad. "Dadas las características de Madrid, sería muy difícil aplicar esta medida a la totalidad de sus vías", dice el texto de la Estrategia Local de Calidad del Aire. Y añade: "Por lo tanto, sería conveniente seleccionar puntos conflictivos considerados negros, donde se haya detectado un alto índice de siniestrabilidad o de violación de los límites de velocidad".

Además de este sistema de control, el Ayuntamiento anuncia que se incrementarán los dispositivos policiales dotados de radares. En estos momentos, hay mediciones en la M-30 con radares móviles y fijos, y el Ayuntamiento avanza la instalación de esta tecnología en algunas de las arterias más importantes de la ciudad como el paseo de la Castellana, Recoletos y la calle de Velázquez.

También está previsto aumentar el número de radares fijos en los túneles de la capital.

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