El 'Bosman' de Tafalla
Antes de tomar el avión para España, Mansour Diouf se despidió de sus compañeros y dejó en el vestuario el brazalete de capitán del CSS (Compañía Azucarera de Senegal), un equipo de la élite de este país. Gracias a su mujer, residente en Tafalla (Navarra), pudo solicitar el plan de reagrupación familiar. En 2003, a los 25 años, nada más llegar a la localidad, consiguió un trabajo en una fábrica de carcomas y maderas. "Fue duro porque no había trabajado en mi vida. Sólo me dedicaba a entrenarme", explica el futbolista.
Y ese gusanillo le mataba por dentro. El Peña Sport, conjunto de Terc...
Antes de tomar el avión para España, Mansour Diouf se despidió de sus compañeros y dejó en el vestuario el brazalete de capitán del CSS (Compañía Azucarera de Senegal), un equipo de la élite de este país. Gracias a su mujer, residente en Tafalla (Navarra), pudo solicitar el plan de reagrupación familiar. En 2003, a los 25 años, nada más llegar a la localidad, consiguió un trabajo en una fábrica de carcomas y maderas. "Fue duro porque no había trabajado en mi vida. Sólo me dedicaba a entrenarme", explica el futbolista.
Y ese gusanillo le mataba por dentro. El Peña Sport, conjunto de Tercera División, probó a Mansour y les convenció su juego y versatilidad. Pero chocaron frontalmente con las leyes. "Cuando empecé a entrenar, no nos fijamos en que había problemas, pero una semana después me dijeron que no aceptaban que jugase", explica Diouf. La Federación Española de Fútbol se negaba a tramitar la ficha del senegalés porque la competición de Segunda B y Tercera no admite extracomunitarios. O no admitía. Desde el viernes, Diouf cuenta con "una licencia de carácter excepcional y de forma provisional", según explica José Luis Díez, presidente de la Federación Navarra y uno de los hombres que más han dado la cara por el futbolista. "La ley no casaba. Cualquier extracomunitario puede jugar en Primera, Segunda o Regional, pero no en las otras dos categorías. Una circular del CSD informó de que se iba a llevar a cabo un profundo análisis de la situación, pero desde entonces han pasado seis meses", explica.
Y Mansour seguía sin jugar en la Peña Sport, que ha guardado todo el año una licencia para el senegalés. El jugador, incluso, llegó a denunciar a la Federación por no permitirle alinearse con el equipo que le reclama y que, hasta ahora, lo mantenía cedido en el Falcesino, de Preferente. "Teníamos a un chaval que vive y trabaja con nosotros, que tiene una hija española, que es legal... Y no le dejaban jugar". Ahora, Diouf ha roto una barrera en el fútbol nacional. "Es otro Bosman, pero de Segunda B y Tercera", indica Rafael del Amo, presidente del Peña Sport.