KHADIJA RAHMOUNI (MARRUECOS) | Atleta | EL NUEVO MAPA DEL DEPORTE ESPAÑOL

La chica que quiere ser como Mayte

No intenten hablarle a Khadija Rahmouni de Hassiba Boulmerka, la atleta argelina, campeona olímpica y mundial, que desató las iras de los integristas de su país por atreverse a correr con las piernas y la cabeza descubierta. Tampoco le cuenten la vida de Hasna Benhassi o de cualquier otra mediofondista marroquí establecida en la elite mundial. No le cuenten historias porque no le interesan. Khadija Rahmouni nació en Marruecos pero lleva viviendo en Ibiza desde que tenía un año, desde que llegó con sus cinco hermanos y sus padres en busca de trabajo y una vida digna. "Y soy española, he ido a l...

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No intenten hablarle a Khadija Rahmouni de Hassiba Boulmerka, la atleta argelina, campeona olímpica y mundial, que desató las iras de los integristas de su país por atreverse a correr con las piernas y la cabeza descubierta. Tampoco le cuenten la vida de Hasna Benhassi o de cualquier otra mediofondista marroquí establecida en la elite mundial. No le cuenten historias porque no le interesan. Khadija Rahmouni nació en Marruecos pero lleva viviendo en Ibiza desde que tenía un año, desde que llegó con sus cinco hermanos y sus padres en busca de trabajo y una vida digna. "Y soy española, he ido a la escuela siempre en España, tengo amigas españolas, hablo español perfectamente, tengo DNI desde hace unos años. No me preocupa nada de lo que he dejado detrás, del Magreb, de Marruecos. A mí lo que me interesa es España. Y mi ídolo es Mayte Martínez. Lo es desde que corrí un 800 a su lado. Yo, de mayor, quiero ser como Mayte".

"Mi religión es mi religión. Quien hace un deporte sabe que tiene que correr con braguita"
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Llegar a una declaración de principios tan rotunda no le ha resultado tan fácil como podría pensarse a Rahmouni, atleta del Pitiús que ha dominado los ránkings españoles de 800 metros como cadete y juvenil, y que, a juicio de los técnicos de la federación, tiene un gran futuro en el 1.500. Rahmouni ha vivido el desgarro, el choque entre la cultura de su familia, la religión, las tradiciones, el lugar de la mujer, con las costumbres, la vida, la ley europea.

En 2001, cuando tenía 14 años y se disponía a tomar la salida en la final de los 1.000 metros del campeonato de España a la que llegó después de ganar su semifinal, un juez la obligó a salir de la pista. No tenía derecho a correr. No era española. Los extranjeros sólo podían participar hasta semifinales. "Me sentí chafada porque no sabía que me podían hacer eso", dice Rahmouni. "Eso me sublevó", cuenta Toni Roig, entrenador de Rahmouni. "Le dijimos al presidente Odriozola que era absurdo, que los inmigrantes iban al colegio con nuestros hijos, celebraban los cumpleaños con nuestros hijos, jugaban con nuestros hijos y luego no se les dejaba ser como nuestros hijos". A raíz de este problema, la federación cambió el reglamento. Hasta júniors, los inmigrantes pueden disputar las finales.

Khadija es musulmana, lo cual nunca le ha supuesto un problema a la hora de vestir ropa deportiva. "Mi religión es mi religión", dice, "y no influye nada. Cuando se hace deporte se sabe que se tiene que correr con pantalón corto o braguitas. Y eso es así, sin más". Pero Khadija, que es discreta y modesta, no cuenta cómo tuvo que ganarse el derecho a poder expresarse con libertad.

A su madre, muy tradicional,no le cuadraba en absoluto que su hija fuera atleta. El conflicto parecía inevitable. Su carrera deportiva, su integración en España, corrían peligro. Y entonces intervino la federación, llegó en ayuda de Rahmouni. Le concedió una beca y la envió un curso muy lejos, a Santiago de Compostela, donde vivió con una familia. Fue un año doloroso. Coincidió con la transformación hormonal de Rahmouni, que engordó en exceso, con lo que su progresión atlética se frenó. Mujer con escaso hábito de estudio, en el colegio se aburría. Se pasó las clases haciendo dibujos en un papel. Los días eran interminables. Después de las vacaciones, no regresó a Santiago. Le había costado pero había ganado la batalla.

En Ibiza de nuevo, adelgazó, progresó, disfrutó practicando el atletismo junto a su hermano Abdeslam y su hermana pequeña Wassima, también enganchada al deporte. "Ya estoy en la categoría promesa y este invierno he participado en croses con las mejores, con Marta Domínguez o Rosa Morató. Y creo que voy muy bien", dice Rahmouni, la chica de Ibiza que quiere ser como Mayte Martínez.

Khadija Rahmouni, ganando una prueba el pasado día 15.VICENT MARÍ

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