OPINIÓN DEL LECTOR

Disfrutando del viaje

Quisiera animar al alcalde de Barcelona a que deje su cómodo coche y que utilice el transporte público como hace la gran mayoría de los barceloneses. Por si todavía no se ha decidido a disfrutar de él, a pesar de lo económico que es, le garantizo que disfrutará de una gran aventura, y para añadirle emoción intente adivinar cuántos minutos llegará tarde a su trabajo.

Ayer disfruté de mi viaje enormemente, un viaje que duró casi una hora cuando no debería haber tardado más de 30 minutos. Claro que, después de esperar 10 minutos dentro del vagón sin saber qué pasaba -Avenida Carrilet, líne...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Quisiera animar al alcalde de Barcelona a que deje su cómodo coche y que utilice el transporte público como hace la gran mayoría de los barceloneses. Por si todavía no se ha decidido a disfrutar de él, a pesar de lo económico que es, le garantizo que disfrutará de una gran aventura, y para añadirle emoción intente adivinar cuántos minutos llegará tarde a su trabajo.

Ayer disfruté de mi viaje enormemente, un viaje que duró casi una hora cuando no debería haber tardado más de 30 minutos. Claro que, después de esperar 10 minutos dentro del vagón sin saber qué pasaba -Avenida Carrilet, línea 1, 7.13 horas-, de tener que coger los Ferrocarrils de la Generalitat hasta Plaza d'Espanya, e incluso después de tener que dejar pasar un tren porque ya no cabía más gente y tuvo que salir el conductor para pedir que no intentara subir nadie más, puedo darme con un canto en los dientes por no haber tardado más.

La aventura también puede servir para conocer a la gente de cerca, muy de cerca, y sentir el calor humano mientras intenta sacar el bolso que está enganchado en el abrigo del vecino o pides permiso para poder sacar el brazo que tienes encajado entre los riñones de tus sufridos compañeros de viaje.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En