Crítica:

Por la dignidad de los pobres

En el año 2002 se celebró el centenario de la publicación de Los sertones, de Euclides da Cunha, obra cumbre de la literatura brasileña. Con ocasión de aquel centenario, la editora brasileña Atelié Editorial publicó la primera edición comentada y anotada, a cargo del profesor Leopoldo Bernucci; y el año 2003, Fondo de Cultura Argentina sacó esta edición que utiliza la traducción de 1938 de Benjamín de Garay, que ya posee pátina, para hacer una edición castellana también anotada. Ahora llega a España por fin. Anteriormente sólo existían una edición de la UNAM de México y otra de la Bibli...

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En el año 2002 se celebró el centenario de la publicación de Los sertones, de Euclides da Cunha, obra cumbre de la literatura brasileña. Con ocasión de aquel centenario, la editora brasileña Atelié Editorial publicó la primera edición comentada y anotada, a cargo del profesor Leopoldo Bernucci; y el año 2003, Fondo de Cultura Argentina sacó esta edición que utiliza la traducción de 1938 de Benjamín de Garay, que ya posee pátina, para hacer una edición castellana también anotada. Ahora llega a España por fin. Anteriormente sólo existían una edición de la UNAM de México y otra de la Biblioteca Ayacucho, que yo sepa. En todo caso, se trata de un acontecimiento literario de primer orden.

LOS SERTONES

Euclides da Cunha

Traducción de Benjamín

de Garay

Fondo de Cultura Económica Buenos Aires, 2003

448 páginas. 16 euros

La obra de Da Cunha ha servido de inspiración a dos grandes escritores: a Mario Vargas Llosa para escribir su La guerra del fin del mundo y a Juan Benet. Este último, ingeniero como Da Cunha, apoyó el comienzo de su Volverás a Región en la descripción geológica del sertón Bahiano que inicia el relato de Da Cunha. Euclides da Cunha (Cantagalo, Río de Janeiro, 1866-Río, 1909) es el prototipo del hombre de cultura que lucha por el progreso de su país. Asistió como periodista a la fase final de la campaña de Canudos y, si bien en un principio criticó esta revuelta como un acto de reaccionarismo y barbarie contra el progreso y la modernidad de Brasil, rectificó en Los sertones para dejar en claro hasta qué punto la barbarie procedía de la modernidad misma, tras el exterminio de la comunidad de Canudos por el Ejército de la República.

Lo que plantea en realidad

Los sertones es el conflicto entre civilización y barbarie con la violencia como campo de batalla. Cuando una nueva forma de sociedad emerge -la república que destierra a la monarquía y, además, entierra el esclavismo-, suele suceder que aquélla busca ante todo asentarse liquidando la forma de poder que la precede y la liquidación ofrece una mezcla de convicción y furor que, por lo general, trae consecuencias dramáticas para una parte de la sociedad: aquella que no puede evolucionar al ritmo de los acontecimientos. La instauración de la República en Brasil fue más una decisión de las élites que una exigencia de la masa social y, de este modo, como dijo un historiador, Brasil se acostó una noche monárquico y se le levantó a la mañana siguiente republicano. Lo cierto es que las gentes populares no tuvieron arte ni parte y, apegados a tradiciones más hondas y vividas que la política, entraron en estado de confusión. Ése es el momento ideal para figuras como la de Antonio Conselheiro, un personaje iluminado que atrajo a su alrededor a una considerable masa de sertaneros (campesinos del sertón brasileño) hasta fundar una comunidad en Canudos que llegó a ser la segunda ciudad en número de habitantes del Estado de Bahía; una comunidad de fanáticos a la que se enfrentaron la Iglesia y los terratenientes y que fue batida a sangre y fuego. Un genocidio que quedó en la Historia.

El libro de Da Cunha es la obra de un espíritu indignado por el hecho de que el progreso civilizatorio emplee contra el atavismo de las costumbres de barbarie no la integración sino la brutalidad exterminadora de aquel al que considera su enemigo. Es un libro que no debe tratar de endosarse a ningún género pues pertenece tanto a la narración dramática como al estudio científico. La necesidad de ordenar su alegato le hizo dividir el libro en tres partes; las dos primeras participan de la geografía, la etnología e incluso la sociología; la segunda es el relato dramático de la campaña de Canudos. El primer bloque, titulado La tierra, es una descripción del sertón, pero junto el relato geográfico y geológico destaca ya la intensidad narrativa, la precisión y dureza expresiva del texto y un avance de lo que llamaríamos geografía humana que va a desembocar en la segunda parte, titulada El hombre, la cual se bifurca en dos direcciones: la de los habitantes del sertón y la descripción de su miseria material y, cerrando el foco, la del hombre que encabeza la resistencia: Antonio Conselheiro, una vida trazada con envidiable brío y justeza narrativas. En su conjunto, son dos partes en las que ciencia y sensibilidad se reúnen en una voz y una prosa deslumbrantes en su austeridad.

Pero la escritura no termina

aquí su recorrido. La tercera parte, La lucha, el relato de la increíble resistencia de Canudos y su horrenda destrucción final, ejemplo de vileza y debilidad moral de una sociedad tan atenazada por el autoritarismo y el servilismo como lo estuviera bajo la Monarquía de la que se desprendía en aras de la modernidad. El periodista Da Cunha que asistió a la campaña escribe posteriormente, para desdecirse de sus primeras impresiones a favor de la República, este relato donde el ritmo es cortante y seco, las imágenes son de una precisión implacable y la prosa se adapta a aquella tierra árida y seca, pero la crónica es de una belleza diamantina. Él es un idealista y un amante de la libertad capaz de ver, por encima del reaccionarismo fanático y brutal de los hombres y mujeres que siguen a Antonio Conselheiro, no solamente el lado humano de una resistencia sino la sinrazón de un anatema que busca destruir en bloque, la verdad de una desesperación, la hipocresía de una sociedad acobardada y acomodaticia y la fiereza de un poder que no duda en sacrificar cualquier resto de ética a sus ambiciones.

El ingeniero, el periodista, el narrador... son tres relatores que se reúnen en la figura de Euclides da Cunha para poner en pie una hermosísima y vibrante defensa de la dignidad del hombre por encima de las miserias materiales y sociales que lo acosan y lo deforman. El libro es una verdadera obra de ingeniería dramática cuyo caudal narrativo afectará a la literatura brasileña durante todo el siglo XX, desde Graciliano Ramos a Darcy Ribeiro y acabará de un golpe con el neofolclorismo costumbrista. Es, además, un relato guerrero de cambio de creencias, como lo fue la Iliada para la antigua Grecia.

Calle de una ciudad en el sertão, en el Estado de Bahía (Brasil).CORBIS

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