El Senado de EE UU examina al candidato de Bush al Supremo

El juez Alito es conocido por sus posiciones conservadoras

Con un "buena suerte" por parte del presidente de Estados Unidos a Samuel Alito comenzaron ayer las audiencias en el Comité Judicial del Senado para la confirmación de este último como magistrado en el Tribunal Supremo. "Sam es una persona digna. Y espero que el Senado traiga dignidad a este proceso y le otorgue a este hombre una audiencia justa y una votación en el pleno del Senado", dijo Bush.

Alito, de 55 años, es juez del Tribunal de Apelaciones del Tercer Distrito Federal, con sede en Filadelfia, y cuenta con el respaldo de los grupos más conservadores y religiosos. Se espera que l...

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Con un "buena suerte" por parte del presidente de Estados Unidos a Samuel Alito comenzaron ayer las audiencias en el Comité Judicial del Senado para la confirmación de este último como magistrado en el Tribunal Supremo. "Sam es una persona digna. Y espero que el Senado traiga dignidad a este proceso y le otorgue a este hombre una audiencia justa y una votación en el pleno del Senado", dijo Bush.

Alito, de 55 años, es juez del Tribunal de Apelaciones del Tercer Distrito Federal, con sede en Filadelfia, y cuenta con el respaldo de los grupos más conservadores y religiosos. Se espera que la batalla de confirmación sea dura. Tanto republicanos como demócratas quieren examinar su filosofía judicial respecto a una amplia gama de asuntos como el aborto, el control de armas, la expansión de poderes del Ejecutivo, los derechos civiles y la separación entre Iglesia y Estado.

El nombramiento en octubre del año pasado de Alito en sustitución de la juez Sandra O'Connor, la primera mujer miembro del máximo tribunal de EE UU -que cuenta con nueve miembros vitalicios-, puede ser el más importante en más de una década, ya que está en juego el equilibrio en el Supremo respecto a muchos asuntos clave. O'Connor era quien equilibraba la balanza entre conservadores moderados y radicales en asuntos como el aborto. Los demócratas y grupos afines temen que Scalito -apodo por el que se conoce al juez y que pretende recordar su proximidad étnica (ambos son de origen italiano), y sobre todo filosófica, a Antonin Scalia, uno de los dos magistrados más a la derecha del Tribunal Supremo- sea demasiado conservador y pueda revertir o minar algunos dictámenes que han favorecido a las mujeres y las minorías étnicas de EE UU.

Anulación de una ley

Alito, juez desde hace 15 años, tiene una marca polémica en su historial. En 1991 se quedó en minoría al no querer anular una ley de Pensilvania que exigía el permiso del marido para que una mujer interrumpiera su embarazo. El caso fue al Supremo, que mantuvo la anulación de la ley. El debate sobre el aborto, constitucional desde el caso Roe versus Wade de 1973, es un elemento de profunda polarización en Estados Unidos.

El senador republicano Arlen Specter quiere que el Comité Judicial que preside vote sobre si recomendar o no la confirmación de Alito el 17 de enero, pero fuentes legislativas han indicado que los demócratas se reservan el derecho de aplazar la votación durante al menos una semana. La intención de la mayoría republicana es que se realice la votación final en el 20 de enero. Sin embargo, los demócratas pueden torpedear ese calendario.

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Alito, que aspira a ser el juez número 110 del Supremo, afrontará un duro escrutinio durante las audiencias para su confirmación. De las respuestas que ofrezca Alito dependerá si la minoría demócrata decide hundir su confirmación mediante la táctica parlamentaria del filibusterismo, que permite a la oposición postergar indefinidamente la votación final en el pleno legislativo.

El juez Samuel Alito coge la mano de su esposa antes del comienzo de la audiencia en el Senado.AP

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