Reportaje:

Un claustro itinerante

Esplugues quiere conservar un convento que cambió dos veces de sitio

La intención del Ayuntamiento de transformar en equipamiento público el convento de Montsió, en el que viven 10 monjas dominicas, ha levantado numerosas críticas en la ciudad y entre la comunidad religiosa. El consistorio asegura que, lejos de querer echar a sus residentes, el objetivo es abrir a los ciudadanos los jardines de las dependencias y evitar que se construyan pisos en los terrenos que ocupa, como permite la actual calificación. Y, sobre todo, impedir que se lleven a otro emplazamiento el valioso claustro gótico del siglo XIV que incluye el monasterio. Algo difícil de imaginar, si no...

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La intención del Ayuntamiento de transformar en equipamiento público el convento de Montsió, en el que viven 10 monjas dominicas, ha levantado numerosas críticas en la ciudad y entre la comunidad religiosa. El consistorio asegura que, lejos de querer echar a sus residentes, el objetivo es abrir a los ciudadanos los jardines de las dependencias y evitar que se construyan pisos en los terrenos que ocupa, como permite la actual calificación. Y, sobre todo, impedir que se lleven a otro emplazamiento el valioso claustro gótico del siglo XIV que incluye el monasterio. Algo difícil de imaginar, si no eso no hubiera ya ocurrido en dos ocasiones.

El claustro se construyó en 1366 en lo que hoy es Portal de l'Àngel de Barcelona, de la mano de la comunidad de los Padres Agustinos. En 1423, las monjas dominicas lo compraron y desde entonces lo han ido trasladando a las posteriores ubicaciones que ha ido ocupando la orden. En 1888 se lo llevaron a la Rambla de Catalunya, un traslado en que se estropeó la mitad de sus columnas. Hace unos 60 años, en 1948, lo reubicaron en la plaza de la Església de Esplugues. Esta vez se numeró cada una de sus piedras para recordar su posición exacta y realizar una reconstrucción fiel.

Las 10 monjas que viven en el monasterio de Montsió rechazan los planes del Ayuntamiento. "Un monasterio no debe recibir el trato de equipamiento público", explica la priora de la comunidad, Montserrat Salvador. "Hemos traído este patrimonio a Esplugues, la población viene a misa y lo abrimos el último domingo de cada mes", defiende.

Pero para el consistorio, que subraya que cada año sufraga los gastos de conservación del espacio, no basta. Pretende abrir sus jardines de 10.000 metros cuadrados a la población y "evitar una operación inmobiliaria" en caso de que desaparezca la comunidad, cuyas integrantes tienen una edad avanzada, según la teniente de alcalde, Pilar Díaz. Ésta enfatiza que "no se va a echar a las monjas".

Aun así, el Ayuntamiento ha aprobado la modificación concreta del Plan General Metropolitano para calificar como público, además de Montsió, el edificio modernista de Can Casanovas y las masías de Can Pi y Can Ramoneda, también privados. Vecinos de Esplugues han recogido 1.000 firmas contra la operación y a acusan al consistorio de "especular", lo mismo que dice que pretender evitar . "Si califica como públicos los terrenos, luego le será más barato comprarlos y hacer lo que le convenga", según Jordi Raventós, portavoz de los vecinos opositores.

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