Columna

Transferencias

Esta semana hemos visto cómo la ministra de Medio Ambiente trataba con displicencia las demandas de los redactores del proyecto de reforma del Estatuto Andaluz sobre la transferencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CGH), una reivindicación que tiene ya unos años. Justo cuando se entrega a la Junta la gestión de un espacio emblemático como el Coto de Doñana, la ministra nos ilumina con su decisión de negar la transferencia del río que ha dado forma geográfica y sentido histórico a nuestra comunidad. Tamaño desprecio no sé si se haría en otros lugares de España. Me parece much...

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Esta semana hemos visto cómo la ministra de Medio Ambiente trataba con displicencia las demandas de los redactores del proyecto de reforma del Estatuto Andaluz sobre la transferencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CGH), una reivindicación que tiene ya unos años. Justo cuando se entrega a la Junta la gestión de un espacio emblemático como el Coto de Doñana, la ministra nos ilumina con su decisión de negar la transferencia del río que ha dado forma geográfica y sentido histórico a nuestra comunidad. Tamaño desprecio no sé si se haría en otros lugares de España. Me parece mucho decir que la postura de la ministra sea la del gobierno. Me da la sensación, y el tiempo lo dirá, que al final se buscará una fórmula para transferir la CGH a Andalucía. Parece que sus años sevillanos y su tiempo de diputada por la comunidad no le hayan servido de mucho a Cristina Narbona. Andalucía no sale de su mal fario con las transferencias: el Servicio de Empleo costó años de enfrentamiento, lo mismo que el reconocimiento de la población para el pago de los servicios por parte del Estado. Ahora se reconoce que las transferencias de educación y sanidad estaban mal valoradas en su momento y necesitan un complemento. Qué tiempos aquellos en los que se pedía como competencia de Andalucía la reforma agraria, hoy caída en el olvido de los fondos europeos y la OMC. Ahora se ha conocido que la Zona Franca de Cádiz transfirió a una empresa de Miami más de cuatro millones de euros hacer un portal electrónico que tiene un coste 20 veces inferior y resulta que la empresa beneficiaria era de unos socios del ex delegado Manuel Rodríguez de Castro, del PP, y que la transferencia de dinero no cesó con el siguiente delegado del mismo partido. Qué gran razón tenía garganta profunda cuando aconsejaba seguir la pista del dinero: hace falta saber quién se lo llevó calentito y que devuelva la millonada a las arcas públicas o pague por el pillaje.

Post scriptum. ¿Para cuando una transferencia al conocimiento público de la declaración de patrimonio de Javier Arenas? ¿Nos obsequiará con la misma cuando se haga pública la de sus compañeros de partido diputados en el parlamento andaluz o nos va a mantener en ascuas? ¿Cuántos meses han pasado desde que dijo que en 15 días la haría pública?

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