La sierra
Viajé hace unos años por el norte de Italia, Vicenza, los Prealpinos. Mi consuegro me llevó a su casita de madera en la montaña. "Todo esto era nieve en su tiempo", me decía. Efectivamente, allí mismo vi como un enorme esqueleto de dinosaurio: el telesillas oxidado que llevaba y traía a aquel refugio a los que practicaban esquí.
Cuando leo ahora lo que la Comunidad de Madrid y su presidenta va a permitir urbanizaciones cercanas a Navacerrada que albergarían a unas 500.000 almas, poniendo en duda el proyecto de parque natural protegido, recuerdo aquella situación de los Prealpinos italia...
Viajé hace unos años por el norte de Italia, Vicenza, los Prealpinos. Mi consuegro me llevó a su casita de madera en la montaña. "Todo esto era nieve en su tiempo", me decía. Efectivamente, allí mismo vi como un enorme esqueleto de dinosaurio: el telesillas oxidado que llevaba y traía a aquel refugio a los que practicaban esquí.
Cuando leo ahora lo que la Comunidad de Madrid y su presidenta va a permitir urbanizaciones cercanas a Navacerrada que albergarían a unas 500.000 almas, poniendo en duda el proyecto de parque natural protegido, recuerdo aquella situación de los Prealpinos italianos.
¿Hasta dónde llegará la voracidad de estos señores del PP?
La Agencia Europea de Medio Ambiente señala que sufrimos el mayor cambio climático de los últimos 5.000 años, y que uno de sus agentes principales es el cemento, por lo que lleva consigo de la necesidad de vehículos de todo tipo, basura, aguas residuales... y que quien más lo sufre es, precisamente, la Península Ibérica.
Ni el Gobierno central puede hacer nada, según están las leyes de competencias.
Han de ser los movimientos sociales, los movimientos civiles los que puedan poner coto al tema.