OPINIÓN DEL LECTOR

El riñón debe esperar

El pasado 26 de octubre, un cólico nefrítico me obligó a pasar cuatro horas en el servicio de urgencias del hospital que la Seguridad Social me tiene asignado.

En dicho tiempo me fueron administrados calmantes y realizados sendos análisis de orina y de sangre, así como una radiografía. En ésta, a juicio del doctor, se apreciaba "litiasis renal izquierda en grupo medio o inferior de unos ocho milímetros de eje mayor", lo que en lenguaje popular equivale a tener una piedra en el riñón (o cerca).

El tratamiento consistió en la administración de calmantes durante seis días, para desp...

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El pasado 26 de octubre, un cólico nefrítico me obligó a pasar cuatro horas en el servicio de urgencias del hospital que la Seguridad Social me tiene asignado.

En dicho tiempo me fueron administrados calmantes y realizados sendos análisis de orina y de sangre, así como una radiografía. En ésta, a juicio del doctor, se apreciaba "litiasis renal izquierda en grupo medio o inferior de unos ocho milímetros de eje mayor", lo que en lenguaje popular equivale a tener una piedra en el riñón (o cerca).

El tratamiento consistió en la administración de calmantes durante seis días, para después tomarlos únicamente "cuando me doliera". Finalmente, en el informe de alta se me recomendaba pedir cita para el servicio de urología. Así lo hice, y me fue asignado el día de hoy (15 de noviembre) para la entrevista con el urólogo. A la vista de los informes por mí proporcionados, ya que en su ordenador no constaba ni mi estancia en urgencias ni la radiografía allí realizada, el especialista ha decidido someterme a nuevos análisis y realizar un escáner que confirme o no la existencia del cálculo; tras dichas pruebas, nueva cita en su consulta (mientras, más calmantes).

Después de pasar dos horas frente a la ventanilla esperando mi turno, el sufrido funcionario me ha transmitido amablemente la fecha en la que debo acudir para conocer el resultado de las pruebas: el 23 de junio, a las 13.00, supongo que del año 2006.

Con estos datos, lo fácil sería echarles la culpa al señor Lamela y a la señora Aguirre. Pero de eso ya se encargan diariamente cientos de madrileños en igual o peor situación. Yo, por el contrario, prefiero agradecerles sus desvelos en pro de mi salud, que, según dicen, "no puede esperar". Me parece genial que se gasten una millonada en hacerme saber que si necesito operarme no esperaré más de 30 días.

Lógicamente, tener que esperar casi un año para saber si preciso o no operarme es ya otra historia. Y no se les puede hacer responsables de todas las deficiencias sanitarias madrileñas (en realidad, ellos jamás se responsabilizan de nada). Gracias, pues, pareja.

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