Una sábana especial
Noche del día 30 de octubre. Programación de Telemadrid. En una de las notificaciones que realizaron, a propósito del estado en que se encontraba la Princesa, ingresada en un hospital privado, al mismo tiempo que se oía a la locutora hablando de los precios "tan especiales" que tenían ciertas habitaciones "tan especiales" de ese lugar "tan especial", se vio en pantalla una cama cubierta por una sábana del hospital Gregorio Marañón.
Tal vez fuese debido a que utilizaron material de archivo para el relleno informativo. Luego entonces, ¿desde cuándo hay sábanas de un hospital público en ot...
Noche del día 30 de octubre. Programación de Telemadrid. En una de las notificaciones que realizaron, a propósito del estado en que se encontraba la Princesa, ingresada en un hospital privado, al mismo tiempo que se oía a la locutora hablando de los precios "tan especiales" que tenían ciertas habitaciones "tan especiales" de ese lugar "tan especial", se vio en pantalla una cama cubierta por una sábana del hospital Gregorio Marañón.
Tal vez fuese debido a que utilizaron material de archivo para el relleno informativo. Luego entonces, ¿desde cuándo hay sábanas de un hospital público en otro privado? Habida cuenta de que la sanidad pública estuvo también regida en la legislatura anterior por el PP. Quizá la explicación sea tan normal como lo es para los pacientes el funcionamiento de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid. Lo que digan, o lo que sea.
El caso es que no deja de resultar misteriosa esa operación telequinésica en la que apareció material del coso público sanitario en la cosa sanitaria de lo privado. O sea, que debe ser normal. Como supongo que debe ser normal que "a quien pueda interesar" se aproveche de la coyuntura para publicitar, de imagen y palabra, gratuita y machaconamente, a un hospital privado (internacional, eso sí) en una televisión pública. Claro que, siendo al día siguiente noche de difuntos, tal vez todo se debiera a un proceso fantasmal realizado, una vez más, por algunos de esos que tanto insultan, gritan, exigen, amenazan y que, sin embargo, y sin pudor, continúan queriendo apropiarse hasta de la luz que no les deja ver.