OPINIÓN DEL LECTOR

Resultados secretos

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid anunció que se mantendría en secreto el resultado de la prueba de nivel realizada durante el pasado mes de abril entre alumnos de 6º curso de Primaria, e insistió en que no se haría uso político del mismo. Pero vemos que ha cambiado de criterio y ha publicado unos resultados según los cuales la escuela pública parece no salir muy bien parada, curiosamente en vísperas del "otoño caliente" anunciado por diversas organizaciones católicas y de derechas contra la supuesta amenaza que para la libertad de enseñanza, léase para los intereses de la e...

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La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid anunció que se mantendría en secreto el resultado de la prueba de nivel realizada durante el pasado mes de abril entre alumnos de 6º curso de Primaria, e insistió en que no se haría uso político del mismo. Pero vemos que ha cambiado de criterio y ha publicado unos resultados según los cuales la escuela pública parece no salir muy bien parada, curiosamente en vísperas del "otoño caliente" anunciado por diversas organizaciones católicas y de derechas contra la supuesta amenaza que para la libertad de enseñanza, léase para los intereses de la enseñanza concertada y confesional, supone la anunciada reforma educativa.

Como padre y profesional de la educación me siento estafado, de nuevo, por quienes deberían velar por los intereses de la educación pública y me niego a entrar a valorar los resultados de una prueba que adolece del rigor exigible a cualquier evaluación institucional de tal trascendencia, tal y como numerosos expertos criticaron en su momento.

Me declaro partidario de una evaluación institucional del sistema, que debería venirse realizando desde hace mucho tiempo, pero no comulgaré con ruedas de molino: no comparto ni la metodología, ni la orientación ideológica impuesta por el gobierno de Esperanza Aguirre y, por tanto, no le haré el juego intentando justificar las supuestas deficiencias de la escuela pública, cuya función social es indiscutible. Me pregunto por qué la Comunidad de Madrid se niega a evaluar su sistema educativo por medio del programa PISA, contrastado internacionalmente, y eso que lo avala la OCDE, una organización tan afín a la Presidenta y su Consejero de Educación.

A nuestras autoridades les gustaría que la escuela pública fuera como la privada. Escuela privada, por otro lado, en su mayoría confesional y sostenida con fondos públicos. Así, por ejemplo, lo que no es más que un insuficiente programa de refuerzo de la enseñanza del inglés, del que se benefician un número muy pequeño de colegios, se convierte por arte de la retórica educativa del gobierno de la Comunidad en un pomposo programa de "centros bilingües". En cambio, no se desdoblan los grupos para la enseñanza del idioma, ni se defiende un modelo de selección y formación de los docentes, inicial y permanente, que garantice su competencia didáctica, lo que sin duda costaría su buen dinerito.

A lo mejor a alguien se le ocurre incluir en próximas pruebas de nivel la competencia en la lengua inglesa, pero no nos alarmemos los usuarios de la red pública, porque para entonces todos los coles serán felizmente bilingües.

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