OPINIÓN DEL LECTOR

Respuesta a una ciudadana

Hace unos días, una ciudadana de Badalona se alarmaba por unas declaraciones mías en la radio, en las que yo había manifestado la necesidad de aprobar el nuevo Estatut esta semana. La crítica hacía referencia a las prisas en la aprobación, y expresaba que en lugar de centrarnos en estos temas, en el Parlament teníamos que dedicarnos a resolver los muchos problemas cotidianos a que han de hacer frente las personas que viven en Cataluña.

Aquella carta me llamó la atención porque refleja un aspecto en el que he insistido cada vez que he tenido oportunidad, y sus palabras me empujan a conti...

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Hace unos días, una ciudadana de Badalona se alarmaba por unas declaraciones mías en la radio, en las que yo había manifestado la necesidad de aprobar el nuevo Estatut esta semana. La crítica hacía referencia a las prisas en la aprobación, y expresaba que en lugar de centrarnos en estos temas, en el Parlament teníamos que dedicarnos a resolver los muchos problemas cotidianos a que han de hacer frente las personas que viven en Cataluña.

Aquella carta me llamó la atención porque refleja un aspecto en el que he insistido cada vez que he tenido oportunidad, y sus palabras me empujan a continuar insistiendo. El Estatut es una herramienta fundamental para, precisamente, dar respuesta a las demandas de la ciudadanía, para actuar sobre los problemas del día a día. Por poner una imagen, las preocupaciones de la ciudadanía conforman una caja de respuestas, de políticas que ha de desarrollar la Administración. El Estatut no está dentro de esta caja, sino que es su llave.

Y después de trabajar tantos meses en esta llave, cuando ya sabemos cómo será, cuando el acuerdo ya depende sólo de algunos detalles -muy importantes, pero pocos-, y las opciones en discusión son ya bastante parecidas, no hay excusas para no conseguir un texto votado favorablemente por más de dos tercios de nuestra cámara legislativa, texto que todavía tendrá que pasar otros trámites y del cual dependen medidas que han de poner hilo a la aguja en los grandes retos del país, sobre los cuales ahora no podemos actuar. Y si no actuamos sobre ellos, se convierten en problemas. Por tanto, si lo dejamos para más adelante, como decía la carta, nos encontraremos cada vez con más conflictos sobre la mesa y sin poder utilizar los instrumentos que el nuevo texto nos ha de aportar.

Lamento pues que aquella ciudadana, como otros, tenga la impresión de que no estamos trabajando para resolver sus problemas, que estamos discutiendo algo que no les afecta. Insisto, lo lamento, porque se equivoca. Precisamente, estamos trabajando para construir un nuevo "marco de juego" donde gobierne quien gobierne en Cataluña los próximos años pueda tomar las decisiones que la ciudadanía reclama.

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