Agricultura inmoviliza la granja de la 'vaca loca' dos meses después de su detección

El Boletín Oficial del País Vasco publicó ayer una orden del Departamento de Agricultura que declara oficialmente un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EBB), el mal de las vacas locas, en una explotación de Santa Cruz de Campezo (Álava). La declaración, con la orden añadida de inmovilización de la explotación, que no identifica, realización de un estudio epidemiológico, sacrificio de los animales afectados y desinfección de instalaciones de la explotación, tiene fecha del 13 de septiembre, por lo que llega dos meses después de confirmarse el caso.

La vaca murió el...

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El Boletín Oficial del País Vasco publicó ayer una orden del Departamento de Agricultura que declara oficialmente un caso de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EBB), el mal de las vacas locas, en una explotación de Santa Cruz de Campezo (Álava). La declaración, con la orden añadida de inmovilización de la explotación, que no identifica, realización de un estudio epidemiológico, sacrificio de los animales afectados y desinfección de instalaciones de la explotación, tiene fecha del 13 de septiembre, por lo que llega dos meses después de confirmarse el caso.

La vaca murió el 12 de julio en la explotación de María Aranzazu Zúñiga y el laboratorio detectó el positivo 15 días después. Zúñiga es la compañera sentimental del veterinario José Fernando Quintana, ex juntero del PNV y gerente de la cooperativa Abeltzain. Tanto el Gobierno como la Diputación aseguran que la identificación de la vaca loca ha sido siempre correcta y que las discrepancias entre los registros ganaderos locales y el estatal (Simogan), en el que la vaca figuró como viva hasta esta misma semana, se deben a errores informáticos. Sin embargo, la identificación y vida del animal aún tiene lagunas y no se conoce a ciencia cierta su origen.

El sindicato agrario UAGA, socio mayoritario de Abeltzain, salió ayer al paso de las informaciones publicadas en este diario sobre presuntas irregularidades cometidas en explotaciones de familiares de Quintana y la responsabilidad del servicio foral de ganadería en las mismas. Abeltzain tiene un contrato con la Diputación que le habilita para realizar casi en exclusiva las labores de sanidad e identificación bovina en Álava.

UAGA sostiene que los controles sanitarios en este territorio son de los más "estrictos del Estado". Sin embargo, en Álava, según quedó establecido en una sentencia de lo penal, en 2000 y 2001 llegaron al consumo 29 animales de origen, estado sanitario y edad desconocidos procedentes de explotaciones de familiares de Quintana.

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