Un Ayuntamiento en minoría y bloqueado

La detención de los dos concejales de Camas es la culminación de un mandato convulso en el Ayuntamiento sevillano, que desde las últimas elecciones municipales ha sido escenario de varios escándalos políticos. El pacto de gobierno entre ocho concejales de IU, tres del PP y uno del PA, ya estuvo a punto de hacer zozobrar el acuerdo entre las direcciones de IU y PSOE para formar gobiernos municipales de izquierdas si la suma de votos permitía alcanzar mayorías estables. Lo curioso es que el pacto lo negoció, entre otros, el propio alcalde de Camas, Agustín Pavón, que dimitió de sus cargos region...

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La detención de los dos concejales de Camas es la culminación de un mandato convulso en el Ayuntamiento sevillano, que desde las últimas elecciones municipales ha sido escenario de varios escándalos políticos. El pacto de gobierno entre ocho concejales de IU, tres del PP y uno del PA, ya estuvo a punto de hacer zozobrar el acuerdo entre las direcciones de IU y PSOE para formar gobiernos municipales de izquierdas si la suma de votos permitía alcanzar mayorías estables. Lo curioso es que el pacto lo negoció, entre otros, el propio alcalde de Camas, Agustín Pavón, que dimitió de sus cargos regionales en IU (era secretario de Organización de IU) al no aplicarlo en su propio municipio. El PSOE ganó las elecciones por 31 votos, pero Pavón prefirió un complicado pacto con el PP y el PA por el "comportamiento prepotente y antidemocrático" de los socialistas en su localidad.

En marzo de 2004, Carmen Lobo, concejal por IU, fue forzada a dimitir tras ser condenada por la Audiencia de Sevilla a año y medio de prisión por un delito de estafa procesal. La sentencia, que fue recurrida por la edil, fue mentada ayer varias veces por el alcalde para explicar que no da "credibilidad" a Lobo.

Un año después, otra concejal, Inmaculada Larrinaga, que estaba en las filas del PP, amagó con apoyar una moción de censura del PSOE. Larrinaga, de familia vinculada al PP y tras 15 años de militancia, se echó para atrás en el último momento pese a criticar con dureza la gestión del gobierno local. La "crispación" generada por su caso en el pueblo, con varias pintadas amenazantes contra ella misma y ediles socialistas, y los buenos oficios de Antonio Enrique Fraile, concejal del PP ahora detenido, la convencieron, pero sólo por unos días. Una semana después de reincorporarse a la Concejalía de Educación, se decidió a pasarse al grupo mixto, defraudada porque Pavón no había destituido a concejales de IU a los que Larrinaga acusaba de haber realizado las pintadas amenazantes.

Desde primavera, las dos ediles adscritas al grupo mixto votan de forma habitual junto a los 10 concejales socialistas y de Nueva Izquierda. Unos votos que dejan en minoría a los 11 ediles que apoyan el equipo de gobierno, lo que impide aprobar muchos de los proyectos propuestos por el gobierno local. "No pienso darle ese gusto al PSOE", dijo ayer Pavón cuando se le inquirió sobre una posible moción de confianza.

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