Salud y uniformidad

Respondemos a don Joan Costa Font, que en una reciente carta al director (EL PAÍS, 7-9-2005) comenta y desaprueba nuestro artículo Política y mala sanidad pública:

1. No dice la verdad cuando afirma que culpamos "al pobre paciente" de la desmotivación del personal sanitario. Dejamos claro que las causas de esto son el maltrato y un igualitarismo perverso. Al describir el estado, funciones y cargas actuales de dicho personal decimos, como un rasgo más, que "también ha de soportar las exigencias no siempre sensatas de la población". Suponemos que el señor Costa, de manera ab...

Respondemos a don Joan Costa Font, que en una reciente carta al director (EL PAÍS, 7-9-2005) comenta y desaprueba nuestro artículo Política y mala sanidad pública:

1. No dice la verdad cuando afirma que culpamos "al pobre paciente" de la desmotivación del personal sanitario. Dejamos claro que las causas de esto son el maltrato y un igualitarismo perverso. Al describir el estado, funciones y cargas actuales de dicho personal decimos, como un rasgo más, que "también ha de soportar las exigencias no siempre sensatas de la población". Suponemos que el señor Costa, de manera absurda, partió de esta frase para llegar a aquella invención.

2. Con poco respeto a la memoria de un hombre que ha prestado excepcionales servicios a la sanidad pública, censura el señor Costa que no proponemos soluciones: "Sólo un imposible: que es resucitar a Abril Martorell", dice. No hicimos propuestas deliberadamente, porque es obvio que el fin del artículo no era hacerlas, sino provocarlas.

Por lo demás, el señor Costa es, claro está, muy dueño de pensar que el sistema no está fragmentado sino que "por definición requiere más de un agente para existir"; que la "financiación única" basta para cohesionarlo; que la equidad y la solidaridad se han reforzado con la descentralización, y que el retorno a una igualdad asistencial "reduciría el bienestar social". Sanidad feliz.