Carne
Desde hace unos días cerca de mi casa, se pueden ver unos carteles que incitan a no comer carne animal. Imágenes de cabezas de corderos, terneras, cerdos, y eslóganes como: "Por favor, ¡no me comas!", "¡Dejádnos vivir!", ilustran y refuerzan este deseo. La proteína animal es mayoritariamente la base de nuestra alimentación occidental; pero no sé hasta qué punto somos conscientes de que comemos animales. Comemos: pechugas, hamburguesas, embutidos... Cosas, productos, cada vez más, envueltos en celofán, envasados. Raramente vemos la cabeza de lo que vamos a comer (excepto en el caso del pescado)...
Desde hace unos días cerca de mi casa, se pueden ver unos carteles que incitan a no comer carne animal. Imágenes de cabezas de corderos, terneras, cerdos, y eslóganes como: "Por favor, ¡no me comas!", "¡Dejádnos vivir!", ilustran y refuerzan este deseo. La proteína animal es mayoritariamente la base de nuestra alimentación occidental; pero no sé hasta qué punto somos conscientes de que comemos animales. Comemos: pechugas, hamburguesas, embutidos... Cosas, productos, cada vez más, envueltos en celofán, envasados. Raramente vemos la cabeza de lo que vamos a comer (excepto en el caso del pescado). La cocina cada vez más sofisticada, envuelve a los fiambres de los que nos alimentamos, los disfraza. Quizá, en el fondo, intentamos disfrazar, esconder, "cosificar" nuestro apetito carnívoro.